La mirada al espejo

¡No muchachos! No estaba muerto. Ciertamente tampoco de parranda. ¡Simplemente hiper ocupado!

La triste verdad que he descubierto es que cuando escribes por trabajo, no encuentras mucha inspiración para escribir por placer. Y bueno, realmente extrañaba escribir en mi blog, pero no me puedo quejar. Verán, desde marzo he estado haciendo pasantías --aunque "trabajando" creo que es un mejor verbo-- en un pequeño semanario llamado El Correo del Àvila. Es pequeño, limitado a noticias de Caracas, pero me ha dado una oportunidad increìble de estar en el medio. Y no me puedo quejar, me han dado las dos últimas portadas (es decir, los reportajes prinicpales). Ha sido una experiencia super gratificante. Aparte de eso, una muy querida amiga me ofreciò escribir una columna de cine en un periódico/revista juvenil llamado Letras. Total, no me puedo quejar en ese aspecto. La vida laboral parece prometedora.

Pero bueno, heme aquí de nuevo. Pasa que esta semana ha sido una de esas semanas en la vida de todo hombre. Es aquí donde uno tiene que echar una buena y larga mirada al espejo y decirse a sí mismo que no es un muchachito, que no puede seguir haciendo las vainas que hacía cuando tenía dieciocho (o las que dejó de hacer, en mi caso). Tambièn tiene que realmente preguntarse si le gusta el camino que está tomando su vida, y si la respuesta es negativa, tiene que decir qué demonios va a hacer para cambiarlo.

Yo no me considero un tipo particularmente atractivo. Tampoco feo, ojo, pero ciertamente hay tipos que son mucho mejor parecidos que yo. Pero bueno, admito que he tenido cierto éxito con las mujeres. Y siempre me he vanagloriado que las he tratado con respeto y sinceridad. Pero... desafortunadamente me he dado cuenta también que a veces ni eso es suficiente.

Si de algo me sirvió es para darme cuenta de algo: yo no me aprecio de la manera en que debería apreciarme. Dejé de estar seguro de lo que quería. De modo que este tiempo lo dedicaré a la persona a quien le he dedicado la menor cantidad de tiempo en tiempos recientes: a mí. Usaré este tiempo para hacerme la gran pregunta, como lo mencioné antes: ¿es éste el camino que quiero que lleve mi vida? ¿Es así que voy a cumplir mis metas? En el amor, ¿qué es lo que realmente quiero?

Cuídense todos.

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