¡Que sea un fantasma!

Esta será la primera y única vez que tocaré este tema.

Lo que ocurrió hoy 11 de junio en la feria de la Universidad Católica me recordó (en mucha menor escala) a lo que sucedió el 2 de febrero de 2006. El anfitrión televisivo ultraconservador Pat Robertson dijo, así tan claro, en su programa de televisión Hannity and Colmes, que los Estados Unidos deberían tomarse en serio el plan de asesinar a Hugo Chávez. Sus palabras exactas fueron: “Saben, yo no sé sobre esta doctrina de asesinato, pero si él cree que estamos tratando de asesinarlo, creo que realmente deberíamos avanzar y hacerlo.” Y después el corolario: “Es mucho más barato que empezar una guerra… y no creo que ningún embarque de petróleo se detendría.”

Está de más decir que sus comentarios causaron revuelo. El entonces vicepresidente José Vicente Rangel acusó a Robertson de comentarios terroristas, y que la respuesta del Departamento de Estado pondría su política de antiterrorismo a prueba. Dicho departamento en efecto respondió, diciendo que los comentarios fueron inapropiados y no reflejaban la política de los Estados Unidos. Y además, claro está, Chávez tuvo una defensa internacional tanto directa como indirecta. De un golpe, Robertson convirtió al Presidente en todo un mártir. Y no tuvo más remedio que retractarse.

Pues bien, vuelvo a lo que pasó esta mañana, que lo sé por referencias, ya que me encontraba en clases en el momento. Robert Serra, estudiante de Derecho en nuestra universidad, afecto abiertamente al oficialismo, recibió una andanada de pitos, gritos de “fuera”, “vendido”, “limosnero” y demás. Tuvo incluso que ser escoltado por los señores de seguridad a su salón, sobre todo cuando de gritos se pasó a lanzarle vasos, servilletas y monedas, en alusión a sus comentarios en la Asamblea Nacional el pasado martes de que la Universidad le debía dinero por haber paralizado las actividades.

Quiero dejar algo bien claro: no conozco a Robert Serra. Y para ser franco, no quiero conocerlo. Me parece, de vista, una persona arrogante, que quiere imponerse porque sí, que sólo quiere quedar bien con las figuras de autoridad que están por encima de él, usando un método que no pretendo reproducir aquí. Además, después del incidente de hoy, sospecho que es lo que popularmente se llama “showsero”, pues me parece muy raro que causalmente haya estado hoy en la feria de la universidad, cuando sus mismos compañeros dicen que normalmente se mueve de su carro al salón, y del salón a su carro. Y que además haya venido vestido de una forma particularmente llamativa, con una gorra de la bandera de Venezuela y una chaqueta roja. Y que además llegaría con dos escoltas, algo que no sé si es verdad o no, para ser sincero. Me parece que soltó una carnada que muchos agarraron con toda la rabia de un pez aguja.

Es cierto: Robert habló muy mal de nuestra alma mater, algo que ciertamente me afecta a mí y contribuye a la mala imagen que tengo de él. Pero Robert también tiene derecho a esa libertad de expresión por la que todos hemos manifestado estas dos semanas. También fue víctima de una intolerancia que tanto, tantísimo hemos criticado de parte del gobierno, una actitud que “de este lado” buscamos justificar diciendo, como el niño que pelea con el hermano, “ellos empezaron”. Y lo único que hicieron fue empujarlo al centro del escenario, darle una importancia que puede que no merezca para nada. Si no me creen, ya Mary Pili Hernández lo defendió a capa y espada en su espacio radial en Actualidad 90.3. No quiero ni pensar cómo lo tratará el “inefable” Mario Silva en su Hojilla.

A todos los que lo pitaron y a aquellos que lo habrían hecho si hubieran estado allí: ¿ustedes se imaginan cómo se hubiera sentido el “amigo” Robert si llegaba a la feria y nadie lo hubiera notado? ¿Creen realmente que se sintió mal por lo que le sucedió esta mañana? Seguramente a esta hora está pensando en la entrevista que tendrá en VTV, quizá hasta en el reconocimiento que le hará el mismo Chávez. ¿Creen realmente que lo perjudicaron?

Piensen ahora en estas palabras a ver si les ayuda a su próximo encuentro con éste o cualquier otro de los estudiantes que apoyan al oficialismo con los que se puedan encontrar: “Alábame, y soy un héroe; insúltame, y soy un mártir; ignórame, y soy un fantasma.”

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2 Responses to ¡Que sea un fantasma!

  1. Anónimo says:

    Sólo quiero felicitarte por el correo que enviaste a través de los comes de la UCAB. Opino igual que tú: si defendemos la libertad de expresión, tenemos que dejar que todos gocen de ese derecho, así pensemos diferente o creamos en cosas distintas. En cuanto al incidente en la feria el día de hoy: yo sí estuve presente y lo que puedo decir es que me daba una PENA que las personas se rebajaran a tal grado de insultar a una persona y, más aún, que todo quedara grabado por las cámaras de Globovisión. ¿Qué dirán de nosotros ahora en La Hojilla? De verdad, mejor que sea un fantasma, él y todos los que actúan así...

  2. oriana says:

    Pues sí, tienes toda la razón...tu correo me llegó por una amiga que estudió conmigo en la UCAB Guayana y ahora está en Ccs.
    La verdad es que las normas comienzan por la casa y si nos quejamos de los malos tratos no podemos siquiera pensar en hacer lo mismo; además, con este tipo de personas que buscan ser el foco de atención (para luego ir a quejarse) nada mejor que la indiferencia.
    Aún no puedo creer que este fulano Robert se haya prestado para decir eso, algo es defender tu ideología y otra cosa es decir estupideces.