Encuentro casual

Los que lean este post ya dirán, con bien intencionado sarcasmo, "Qué raro, Juan..." Pero no hubo ninguna malicia en mis acciones hoy. Más bien, quedé sumamente conmovido.

Estaba subiendo para clase (arrastrando más bien... qué flojera hacía) y en las escaleras estaba sentada una señorita con cara de quien acaba de raspar un examen. Alta, linda sin estar buena, me miró con unos ojos de conejito asustado. Algo en mí se atrevió a hablarle.

--Buenos días.
--Hola, buenos días---, dice, sin mirarme.

Cualquier otro lo hubiera dejado hasta ahí. Pero mi personalidad es otra.

--No pareciera---, sonreí.
--¿Qué cosa?
--Que fuera un buen día, por tu cara.
--No, al contrario, ¡es uno de mis mejores días!
--Entonces, ¿por qué la carita?
--¡Porque hoy estuve en un choque y estoy todavía como temblorosa!

Activando modalidad papá.

--¿QUEEEEE? ¿Pero estás bien?
--¡Sí, vale estoy perfecta!
--¿Y a tu carro?
--¡Tampoco le pasó nada!

Ok, aquí hay una falta de comunicación.

--Ok, ¿y entonces?
--Pasa que hubo un choque de 25 carros en la carretera de Tazón. (Realmente fueron 27... Pero anyway, me siguió contando.) El primer carro me pasó al lado a toda velocidad. Yo me puse a rascarme el ojo, y por eso me desvié. Parece que el hombre patinó, y pegó contra la defensa, y luego le pegó a una camioneta. Después la camioneta le pegó a un camión, y así fueron. Llegaron a 25. ¿Te imaginas qué horrible?

Yo estaba anonadado. Me presenté. Ella me dio la mano. Evelyn, creo que se llama. Relaciones Industriales. Le seguí preguntando.

--Entonces claro, estás todavía como en shock.
-¡Te lo juro!
--¿Ya te tomaste algo para calmarte?
--No, todavía nada.
--¿Ya llamaste a novio, amigos, para relajarte?
--Sí, acá estoy esperando a una amiga. ¿Pero te imaginas? Si no me hubiera rascado el ojo, ¡estaría yo allí!
--Eso fue Dios que te lanzó una burusita.
Por fin se rió. --Sí, te lo juro. Qué impresión...
--Bueno, linda, menos mal que no te pasó nada. Ahora sabes que vas a terminar la carrera seguro, ¿no?
Volvió a reírse. Un sonido dulce. Me conmovió, casi que la abracé. Pero no creo que lo hubiera interpretado bien, así que me contuve. --¡En serio que sí! ¡Y me voy a casar y todo!

Sonriendo, me despedí y me fui para el salón. Reflexioné mucho, sobre cómo una perfecta desconocida se abrió a un hombre evidentemente mayor que ella. No sé si inspiro esa clase de confianza o si fue que necesitaba hablar con alguien quien fuera, y yo llegué al momento justo. Lo que sí sé es que me alegra que lo safrisco que soy ayudó a alegrarle la mañana a alguien por un momento. Espero explotar ese don para entrevistar.

This entry was posted in ,,,. Bookmark the permalink.

3 Responses to Encuentro casual

  1. Esas cosas suelen suceder sobre todo en la universidad, pero eres una persona muy abierta. Ese choque fue una locura, pero sabes lo que es más locura, que sólo en una semana van tres choques que implican varios carros, será que estamos tensos en este país o qué? Bueno espero que estés bien. Saludos.

  2. Bendito sea...! la autopista está peor que nunca. Cosas como la que le sucedió a la muchacha parecen casualidad, pero dejan a uno como pensativa. Y bendito seas tú por alegrar un poquito a quien lo necesitaba. Muy bien hecho. Besossss

  3. Anónimo says:

    Aquí visitándote muy tarde, me gustó este post, es algo muy lindo lo que hiciste por la chica y me gustó la palabra "safrisco" jaaja, saludos!