Y se acabó

Mi papá tiene la costumbre de decir que el 31 de diciembre es un día más. Y si lo ven con un ojo frío y crítico, tiene razón. Digo, nadie importante (si no cuentan al bajista de Aerosmith) nació ese día, nada se descubrió, no hubo un verdadero evento vital en la Historia. Simplemente... se acabó el año. Algo que ocurrirá hasta que el Sol devore a la Tierra dentro de 15.000 millones de años. (Sí, en serio.)

Pero los seres humanos lo han convertido en la gran fiesta mundial (bueno, excepto en China y zonas aledañas). Ese día todo el mundo celebra que el tiempo aún avanza, que el Sol aún se levantará en el horizonte, y que nosotros seguimos aquí.

Bueno, yo estoy en ese segundo grupo. Es una extraña mezcla de felicidad y nostalgia, donde en esos momentos mientras esperas las doce campanadas al lado de tu familia y demás seres queridos recopilas todo lo que pasaron en esos 365 días, piensas mucho qué hubieras hecho distinto y qué quisieras revivir porque lo hiciste tan bien o la pasaste tan genial. Al mismo tiempo, miras hacia adelante y es un enorme y vasto laberinto de canales, donde sólo puedes caminar hacia una dirección, sólo se ilumina un día a la vez y se va cerrando detrás de ti para no abrirse más, de modo que más vale que lo que hagas en esa cámara en la que te encuentras valga la pena.

Este año fue extraordinario, estoy lleno de cosas por las que debo estar agradecido. Por el Correo del Ávila, por El Nacional, por la tesis. Por terminar la universidad, por terminar Loscher. Por cada beso tuyo, por cada pedazo de piel que acaricié, por cada sonrisa que me regalaste. Por la salud de mis padres y hermano, por cada película. Por las amistades que mantuve, por las nuevas que hice. Por el resultado de las elecciones. Por cada risa. Por cada llanto consolado.

Lo que más quiero para el año próximo, claro está, es que todos caminemos juntos a una sociedad en que nuestra comodidad individual sea menos importante que la comodidad colectiva. Lo que más quiero para mi familia, que la tranquilidad sea una realidad permanente, como lo fue en gran parte de este año. Lo que más quiero para mí... bueno, que todo lo bueno que me pasó en este 2007 que está por terminar --los premios, las satisfacciones académicas, las buenas relaciones-- sean un pálido reflejo de lo que me espera en 2008. Que ese viaje, ese trabajo, ese dinero extra, se den también, al lado de una salud cada vez mejor y una madurez cada vez más definida. gracias Dios mío por todo lo recibido, y lo que voy a recibir.

Por último, gracias a ti, amigo lector, que cada vez inspiras más cosas para este blog, y seguro inspirarás muchas más.

¡Feliz Año Nuevo, mundo!

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2 Responses to Y se acabó

  1. Muy Feliz Año Nuevo, compadre! Yo también tengo mi mezcla de emociones cada 31 de diciembre pero al final lo que priva es la felicidad y las ganas de pasarlo bien. Un abrazo y saludos pa' todos en tu casa, men.

  2. Anónimo says:

    Qué lindo, Jaycer!

    Espero que este año que comienza esté lleno de cosas maravillosas para ti y tus seres queridos.

    Yo también agradezco por haber conocido a gente tan talentosa como tú, y porque mi vida no puede ser más envidiable, a pesar de todo.

    Un besito, y salud!

    Z.-