- "No tengo tiempo."
- "Estoy cansado."
- "Me da flojera."
- "Tengo otras cosas que hacer."
- "¿Para qué?"
- "Prefiero hacer otras cosas."
Estas son las excusas favoritas que he escuchado en clase. Esto dicho ante la petición de que hagan tarea, estudien, o practiquen fuera de su casa. Y por parte de ADULTOS, ¿pueden creerlo? Pero la peor de todas:
"ME CUESTA MUCHO."
Y eso lo usan de excusa para no intentarlo más. ¡¿Pueden creerlo?! Ajá, te cuesta mucho. OK. ¿Y crees que vas a conseguir un cassette, CD o afín, te lo vas a incrustar en el cerebro, y así te va a costar menos? ¿¿¿O es que repentinamente estamos viviendo todos en The Matrix, y cualquiera se puede enchufar y que se le baje algo en el cerebro, que de repente todos diremos "I know kung-fu"???
Lamentablemente (para este caso) yo soy una persona muy de emociones. Si no me siento bien haciendo algo no voy a poder disimularlo. Y es por eso que los más jóvenes a veces no disfrutan una clase mía. De hecho, ya entre muchos soy un terror, el coco, "the boogeyman". Definitivamente tengo que aprender que (y valga la rebundancia), son menos los que están allí para aprender que porque papá y mamá no los quieren en la casa. Vergüenza les debería dar.
Anyway, me tengo que ir. Tengo a un grupo ahorita que pareciera que sí quiere aprender. ¡Eso hay que aprovecharlo!