¡¡¡Partida de ingratos, miserables y mocosos!!!

Como quizá han podido deducir por el título, soy de profesión: profesor de inglés. :-)
Quiero acalarar algo ahora mismo: yo adoro los chamos. Y me encanta enseñar. En serio. Por cada persona que me admite que le enseñado algo nuevo en su vida, sea inglés u origami, siento un pedacito del cielo. En serio.
Pero...
Hay que decir en este punto que me encantan los niños... no trabajar con ellos. Y por niños estoy incluyendo cualquiera por debajop de los catorce años. Con uno que otro de diecisiete metido por ahí. A todos aquellos maestros, entretenedores y demás personajes que trabajan con niños, por Dios, necesitan una estatua. (Claro, si lo hacen bien.) Cualquiera que les haya dicho que trabajar con niños no es fácil les ha dicho el eufemismo del año. Un niño es como un Rottweiler: hará lo que le dé la gana contigo si huele miedo o duda. Si no los mantienes distraídos, pues buscarán distraerse ellos mismos -- de la forma más ruidosa y activa posible. Les puede importar menos cómo te has esforzaso en preparar tu clase, si has tenido un mal día... No, hijo. Tú enséñalos. Después verás cómo haces. Pero enséñalos. Y que se diviertan aprendiendo.
Yo admito que no he agarrado el fino arte de enseñar a los niños.
Y me han dicho que lanzarlos contra una ventana es contraproducente. Por favor, aclárenmelo si es cierto.
Ah, pero no se crean que enseñarle a adultos es mejor o más fácil. Oh no.
  • "No tengo tiempo."
  • "Estoy cansado."
  • "Me da flojera."
  • "Tengo otras cosas que hacer."
  • "¿Para qué?"
  • "Prefiero hacer otras cosas."

Estas son las excusas favoritas que he escuchado en clase. Esto dicho ante la petición de que hagan tarea, estudien, o practiquen fuera de su casa. Y por parte de ADULTOS, ¿pueden creerlo? Pero la peor de todas:

"ME CUESTA MUCHO."

Y eso lo usan de excusa para no intentarlo más. ¡¿Pueden creerlo?! Ajá, te cuesta mucho. OK. ¿Y crees que vas a conseguir un cassette, CD o afín, te lo vas a incrustar en el cerebro, y así te va a costar menos? ¿¿¿O es que repentinamente estamos viviendo todos en The Matrix, y cualquiera se puede enchufar y que se le baje algo en el cerebro, que de repente todos diremos "I know kung-fu"???

Lamentablemente (para este caso) yo soy una persona muy de emociones. Si no me siento bien haciendo algo no voy a poder disimularlo. Y es por eso que los más jóvenes a veces no disfrutan una clase mía. De hecho, ya entre muchos soy un terror, el coco, "the boogeyman". Definitivamente tengo que aprender que (y valga la rebundancia), son menos los que están allí para aprender que porque papá y mamá no los quieren en la casa. Vergüenza les debería dar.

Anyway, me tengo que ir. Tengo a un grupo ahorita que pareciera que sí quiere aprender. ¡Eso hay que aprovecharlo!

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2 Responses to ¡¡¡Partida de ingratos, miserables y mocosos!!!

  1. Anónimo says:

    Hola! Seguramente este artículo lo escribiste porque necesitabas expresarte en ese momento, descargarte al menos con el papel, y no le paraste a si alguien podría o no comentarte. A pesar de ello no puedo evitar, en principio, reírme, porque te imagino con la cara roja echando humo por las orejas, y, segundo, compartir contigo una experiencia que me hizo recordar lo que dices. No soy profesora como tú, pero sí hice las veces de hace unos añitos atrás. Resulta que yo practico voleibol, y en una de esas tuve que sustituir a mi profesora y darle clases a dos grupos de niñas menores. Definitivamente una experiencia que no olvidaré, porque fue horrible con uno de los equipos. Todas unas chamitas que de lo menos que estaban pendientes era de calentar y jugar, sino de los varones que se encontraban alrededor. Con decirte que a la final terminaba jugando con la pared. Era imposible que movieran una pierna, que digo...un dedo, ni siquiera doblarse hacia los lados.
    Ese día comprobé que no sirvo para la docencia, pero por ello no dejó de gustarme el voleibol y lo juego cuando los estudios me dan chance. Por eso, aunque la paciencia se te esté acabando, jajaja no lances a nadie por la ventana sino que respira profundo que eso pasará y a la final cada quien se dará cuenta del mal que se está haciendo a sí mismo; unos más tarde que otros, por supuesto. No vale la pena que te amargues. Sigue viviendo la vida con ánimo y una sonrisa. Saludos!!

  2. Anónimo says:

    Hola Juan!! Hoy no te envío un comentario, sino la transcripción de un mensaje que una amiga me envío por hotmail; uno de esos contados mails que vale la pena compartir,dado que sintetizan en pocas palabras lo que es la vida. La sensibilidad de quien lo escribió se me pareció mucho a la tuya. Saludos!! y disculpa lo largo, jajaja creo que voy a tener que crear un blog como tú =). Cuídate!
    "Imposible atravesar la vida…sin que un trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que nadie de la familia fallezca, sin equivocarse en un negocio.
    Ese es el costo de vivir. Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino, como se reacciona. Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
    Uno crece...Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe. Uno crece cuando acepta la realidad y tiene aplomo de vivirla. Cuando acepta su destino, pero tiene la voluntad de trabajar para cambiarlo. Uno crece asimilando lo que deja por detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir.
    Crece cuando supera, se valora, y sabe dar frutos. Uno crece cuando abre camino dejando huellas, asimila experiencias... ¡Y siembra raíces!
    Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor.
    Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento...¡Y humano por nacimiento!.. Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas. Recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo. Uno crece cuando se es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse, con residuos de flores...¡Y de encenderse con residuos de amor...!
    Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe. Uno crece cuando se planta para no retroceder... Cuando se defiende como águila para no dejar de volar... Cuando se clava como ancla y se ilumina como estrella.
    Entonces... Uno Crece".