Archive for 2006

Navidad... "dulce" Navidad

Ayer hice un pequeño acto de locura, dadas las condiciones en que está mi querida Caracas: fui al Sambil. Oh, sí. Al Sambil. El centro comercial "más grande de Venezuela", el día antes de la Nochebuena de Navidad. No, no es que esté chalado, mal de la cabeza, frito. Una amiga cumplió años el viernes y lo celebraron en Chili's. Sí, yo pensé lo mismo: ¿acercarse al Sambil el 23 de diciembre?

Bueno, la cita era a las dos, de modo que decidí llegar allá a las doce. Si no, entrar iba a ser un absoluto caos. Me quedan las experiencias del año pasado. Y estoy seguro que era uno de los pocos que iba a entrar al mall de las torturas sin estrés encima. Y Dios, cómo tenía razón.

Para aquellos que estén extrañados, pasa que precisamente como el Sambil es tan grande y tan completo, TODO el mundo encuentra de todo allí. Ciertamente toda la clase media de Caracas va allá. Las colas alrededor de las cinco de la tarde en sus alrededores son de tomar palco. He oído historias de terror sobre gente que dio a luz a sus hijos en una cola decembrina llegando al estacionamiento. Hijos que habían engendrado allí en el carro. Que después manejaban el carro para entrar al estacionamiento. Pero creo que exageran.

Hablando en serio, no es extraño que haya una cola de al menos una hora para entrar al sitio. Y otra hora para salir, si eres de los locos que se deciden quedar todo el día hasta las once de la noche para salir. En fin, es muy práctico comprar en el Sambil, porque realmente lo puedes conseguir todo. Pero hay que hacerlo planificado.

Ayer, como tenía tiempo de sobra, decidí recorrer los pasillos de dicho establecimiento a ver la gente. Y debo admitir que quedé asombrado. Vi gente que pacientemente hacía una cola de casi media hora para pagar por sus compras en la librería más grande. Vi mujeres peleándose por la ropa en la tienda Zara. Y la gente tenía estas caras de estrés como maldiciendo cada instante de su vida, odiando la Navidad y todo lo que significaba.

Y yo digo, ¿es que yo soy anormal? Yo empecé a comprar en Noviembre, y compré mi último regalo el viernes en la mañana (¿o fue el jueves?). Yo odio estresarme, odio una cola, odio la idea de hacer una cola. Yo no sé nada que esta gente no sepa, vivo en la misma ciudad. Y hay gente acá que se ha calado este ritual varios años seguidos. ¿Por qué?

Yo tengo mi propia teoría, pero eso es para otro día. Mientras tanto, queridos visitantes, lectores consecuentes, amigos y desconocidos, reciban de parte mía el más sincero, cordial y feliz abrazo, con mis deseos de una muy Feliz Navidad para todos ustedes.

¡FELIZ NAVIDAD!

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Elecciones 3D: ¡Vaya día! (y III)

Bien: las elecciones llegaron y se fueron. al día siguiente, las calles por donde yo pasé parecían de un pueblo fantasma. En el trabajo reinaba un silencio absoluto, nadie quería hablar.

Y fue entonces cuando la realidad me llegó: la mayoría de este país quiere un líder como Chávez, uno que les diga qué hacer, que les dé las cosas en la boca, que sea un papá, pues. Y es ése el país en el que tenemos que vivir.

Me empecé a enfocar en lo positivo de la experiencia:

  • La abstención llegó a su punto más bajo en casi diez años: 24,5%.
  • Muchos jóvenes votaron, aunque aún no son suficientes.
  • Dependiendo a quién se le crea, la elección sacó entre 37 y 43% de los votos. Aún si nos limitamos a la cifra oficial, esos son más de 4 millones de personas.
Y sobre eso hay que trabajar. Este post será más breve que los anteriores, por cuanto ya todo lo que se tenía que decir se ha dicho en otros blogs, otras publicaciones y miles de periódicos. Pero sí lo cierro con ún parafraseo de Fausto Masó, que escribió en su columna "El Método del Discurso" en El Nacional del 2 de diciembre: lo único seguro después del domingo es que llegará el lunes, luego el martes, y cuando llegue enero, que estaremos todos sin plata, más gordos y por consiguiente amargados, sí estaremos dispuestos al debate que significa la nueva situación del país.

Ah y otra cosa: hoy, mañana y siempre... ¡ME ATREVO!

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Elecciones 3D: ¡Vaya día! (II)

A las 5 de la tarde, mi jefa del periódico, Dora Paredes, me escribe para que vayamos a la Quinta la Esmeralda, donde el comando de campaña de Manuel Rosales se había instalado. "Es que la vibra está en la calle", me dice. No me lo tiene que decir mucho. Le digo a mi madre, que en tres segundos me anima a ir, me dice que le da miedo, me dice que no le pare, se angustia y me vuelve a decir que me vaya.

Llegamos allá, y a la altura de la Torre KPMG hay una enorme caravana de seguidores del oficialismo con una Cherokee delante de ellos. Ya a esta hora, el ambiente se respiraba tenso. Claro, hasta que llegabas a la quinta.

A los cinco minutos que llegamos, carnet de prensa en la mano, Roberto Smith se dirige a los presentes para informar que dentro poco estaremos dando unas cifras "muy bonitas". Se respira un ambiente de gran felicidad, o al menos de tranquilo optimismo. William Echeverría, Carlos Acosta, Kico... Hay unos cuantos. Dora y yo nos encontramos al Príncipe Negro Rolando Peña, un artista plástico amigo de Dora, y nos quedamos, simplemente esperando. ¿Qué más íbamos a hacer?

Como a las 8:30, llegó Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual y prominente miembro del comando de campaña, rodeado de gente y con su habitual cara de circunspecto. Y, casi como si lo hubiera estado esperando, arribó al sitio un caballero de barba con una gorra beige, gritando de voz en cuello con voz evidentemente alterada: "¡Vengo en nombre de la sociedad civil a decir que estamos ARRECHOS con Manuel Rosales! ¡La Plaza Altamira está tomada! ¡Mi esposa está allá! ¡Manuel Rosales tiene que aparecer!"

De allí el ambiente cambió completamente. La tensión se apoderó de todo el mundo. Supongo que ello obligó a Teodoro a tomar escenario y dirigirse a los medios. "Manuel Rosales se dirigirá a la nación cuando tenmga que hacerlo", enfatizó. Dijo que los únicos que pueden ejercer las leyes son los miembros de mesa, y soltó una de las suyas, en vivo: "Cualquier otra persona que quiera ejercer al ley está pelando bolas. ¡Pelando bolas!" Lo dijo muy en serio, pero su comentario aligeró un poco el ambiente.

Pero algo me decía que él ya sabía algo que nosotros no.

Después de eso, Dora decidió que mejor nos fuéramos a nuestras casas. La lluvia azotaba, y las calles vacías contribuían al clima de evidente tensión. Qué contraste.

Cuando llegué a la casa, el agotamiento finalmente me alcanzó. Y decidí ver otra televisión opor un rato, luego de pedirle a mi familia que por favor me avisara cuando dieran el primer boletín.

Cuando llegó, dando los resulatdos conocidos para todos, yo lo que más escuché fue el amargo llanto de mi madre.


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Elecciones 3D... ¡Vaya día! (I)

4:50 am. Me levanté a una hora ridículamente temprana para un domingo, pero la enorme responsabilidad me lo exigía, qué iba a hacer... Me desayuné, me vestí, y a hacer mi cola. MI centro de votación está a menos de media cuadra de mi casa. Y ya por el balcón, iluminados por los faroles de la calle, veo gente como espectros caminar decididos hacia arriba.

5:15 am. La cola es de concierto. ¿De dónde rayos salió tanta gente? Y les digo, la mayor cola es de gente de la tercera edad. Y todos esos abuelos y abuelas están cubriendo más de una cuadra. ¡Y el Sol ni ha salido! Eso sí, las estrellas están en el cielo, y las alegres chácharas que se oyen indican el entusiasmo.

5:32 am. Mando un mensaje, y veo que me quedé sin saldo. ¿Quéeeee? ¡Hoy no me puedo quedar sin saldo! Bueno, nada. A caminar hasta el kiosko. Lo comento en voz alta, y la señora que está delante del señor que está delante mío me dice, "Tranquilo, hijo, ve y te guardamos tu puesto." El señor que está detrás mío ratifica, "Total, mano, de aquí no nos vamos antes de las 10." Palabras proféticas.

6:12 am. Me lanzo las tres cuadras hasta el kiosko. José, el kiosquero, acaba de abrir, pero ya hay como cinco personas. Un hombre joven agarra el Meridiano que proclama abiertamente lo grande del Magallanes, mi equipo de béisbol, y dice "Lo voy a comprar nada más que por este titular". La hija de José, que le va al Caracas, su enconado rival, se ríe igual. Hay buen humor en el ambiente. Compro mi tarjeta y el Últimas Noticias. Trato de ignorar el titular de los periódicos oficialistas. Y me regreso a mi cola.

6:46 am. La gente empieza a entrar. Yo tengo no menos de 50 personas adelante. Gracias a Dios por Stephen King. Pero claro, empiezan a oirse los rollos. La mesa 5 tiene un problema; la máquina no arrancó, o algo. Esperan el cotillón electoral de Santa Rosa de Lima para que empiecen a votar manual mientras el técnico pelea con ella. Y con todo y eso, la gente forma su bochinche.

8:05 am. Mi hermano está en la mesa 3, yo en la 6. Yo llegué media hora antes que él. ¡¿Entonces alguien me quiere explicar por qué rayos pasa él primero?!

9:15 am. Al fin, primero en la fila. La gente aplaude cada vez que pasa alguien nuevo. La mesa 7 protesta, la cola ya está que alcanza casi una cuadra. Caras que no se veían desde hace años, y eso que vivimos en la misma cuadra.

9:32 am. Entro. Una señora se acerca a mí y al que tengo detrás y nos dice que si podemos subir a una anciana en silla de ruedas. Decimos que cómo no. Cuando llegamos allá, le dicen que ya la subieron. "Pero pasen a la captahuella de una vez." Hay una cola de casi q2uince personas antes de nosotros. Yo me rehúso de plano, pero el otro duda un momento. "Los saqué de su cola y los traje acá arriba, no los voy a hacer regresarse. No te pongas así", me dice. La gente me mira con una mezcla de respeto y compasión. "Dale, hijo", alguien me dice. Muerto de pena, y buscando apro9bación, paso a la miserable captahuella. "Total, no hay nadie en tu mesa", me dice alguien más. Pero me siento sucio igual.

9:40 am. Y ahí estoy, frente a la bendita máquina. Estoy buscando a Un Nuevo Tiempo, pero los miembros de mesa me presionan tanmto que cedo. Termino votando por Convergencia. Espero que nos e me devuelva. ¡Todo sea por Rosales!

10:05 a. Después de haberme echado un baño, salgo a la aventura que es salir de mi casa, porque tengo que buscar a mi tía Adriana a su casa en San Luis. Ella tiene un serio foco de artitritis en la espalda y no se puede mover mucho. De paso voy a buscar a la comadre de mi mamá. Chévere, así aprovecho y veo la movida por afuera. De paso, voy a acompañar a María Antonieta a votar.

10:45 am. Qué peo para llegar. Las calles vueltas nada, las colas en los colegios, me tardé más de tres veces lo que normalmente me tardo en llegar de un lado a otro. Pero bueno, hay un gentío en la calle, eso es bueno.

11:05 am. Como dije en los cinco mensajes que me mandó, llego puntual a mi cita con Mara. Su primera elección, ¿qué tal? Igual la de su hermana... si saliera en el REP. "Yo no sé ni qué pasó, yo salía hace un mes", protesta. Pero bueno, ni modo. Vamos al Cecilio Acosta, un colegio que queda a dos cuadras de su casa.

11:20 am. Llegamos al Cecilio Acosta. Y soy testigo de tres cosas: uno, la gente está aún más tranquila que en Cumbres de Curumo, a pesar de que seguramente algunos llevan más de seis horas en cola; dos, vi a alguien que logró pasar porque alguien en su familia estaba trabajando por allí (vivan los contactos); y tres, es mala idea traer una niña de seis años a hacer la cola. Tal vez no tenía otra opción, lo sé, pero Dios...

12:45 pm. Luego de un rato con Mara, me regreso a mi casa. Pasé por otros centros en el este. Me siento optimista, a pesar de todo. Ahora viene la parte realmente dolorosa: tratar de seguir todo por TV.

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Encuentro casual

Los que lean este post ya dirán, con bien intencionado sarcasmo, "Qué raro, Juan..." Pero no hubo ninguna malicia en mis acciones hoy. Más bien, quedé sumamente conmovido.

Estaba subiendo para clase (arrastrando más bien... qué flojera hacía) y en las escaleras estaba sentada una señorita con cara de quien acaba de raspar un examen. Alta, linda sin estar buena, me miró con unos ojos de conejito asustado. Algo en mí se atrevió a hablarle.

--Buenos días.
--Hola, buenos días---, dice, sin mirarme.

Cualquier otro lo hubiera dejado hasta ahí. Pero mi personalidad es otra.

--No pareciera---, sonreí.
--¿Qué cosa?
--Que fuera un buen día, por tu cara.
--No, al contrario, ¡es uno de mis mejores días!
--Entonces, ¿por qué la carita?
--¡Porque hoy estuve en un choque y estoy todavía como temblorosa!

Activando modalidad papá.

--¿QUEEEEE? ¿Pero estás bien?
--¡Sí, vale estoy perfecta!
--¿Y a tu carro?
--¡Tampoco le pasó nada!

Ok, aquí hay una falta de comunicación.

--Ok, ¿y entonces?
--Pasa que hubo un choque de 25 carros en la carretera de Tazón. (Realmente fueron 27... Pero anyway, me siguió contando.) El primer carro me pasó al lado a toda velocidad. Yo me puse a rascarme el ojo, y por eso me desvié. Parece que el hombre patinó, y pegó contra la defensa, y luego le pegó a una camioneta. Después la camioneta le pegó a un camión, y así fueron. Llegaron a 25. ¿Te imaginas qué horrible?

Yo estaba anonadado. Me presenté. Ella me dio la mano. Evelyn, creo que se llama. Relaciones Industriales. Le seguí preguntando.

--Entonces claro, estás todavía como en shock.
-¡Te lo juro!
--¿Ya te tomaste algo para calmarte?
--No, todavía nada.
--¿Ya llamaste a novio, amigos, para relajarte?
--Sí, acá estoy esperando a una amiga. ¿Pero te imaginas? Si no me hubiera rascado el ojo, ¡estaría yo allí!
--Eso fue Dios que te lanzó una burusita.
Por fin se rió. --Sí, te lo juro. Qué impresión...
--Bueno, linda, menos mal que no te pasó nada. Ahora sabes que vas a terminar la carrera seguro, ¿no?
Volvió a reírse. Un sonido dulce. Me conmovió, casi que la abracé. Pero no creo que lo hubiera interpretado bien, así que me contuve. --¡En serio que sí! ¡Y me voy a casar y todo!

Sonriendo, me despedí y me fui para el salón. Reflexioné mucho, sobre cómo una perfecta desconocida se abrió a un hombre evidentemente mayor que ella. No sé si inspiro esa clase de confianza o si fue que necesitaba hablar con alguien quien fuera, y yo llegué al momento justo. Lo que sí sé es que me alegra que lo safrisco que soy ayudó a alegrarle la mañana a alguien por un momento. Espero explotar ese don para entrevistar.

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Rumsfeld

Para que no crean que me meto con Chávez nada más... Me da un "dolor" que haya "renunciado"...

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Las preguntas...

1.- Nombre real: Juan Carlo Rodríguez Rojas.
2.- Edad: 35 años, a pesar de las canas.
3.- ¿De dónde vienes? Hasta donde sé, de un par de opuestos pero encantadores seres humanos que me crearon en Madison, Wisconsin, EE.UU.
4.- ¿Qué haces aquí? Si lo supiera, creo que escribir un blog sería la mitad de divertido.
5.- ¿Crees en Dios? Pero cómo no. Él lo es Todo.
6.- ¿Te has enamorado? No hay mejor condición en el mundo.
7.- ¿Cual ha sido la peor jugada que te ha hecho la vida con respecto al amor? Que me hayan botado dos mujeres distintas cuando estaba en la cúspide de la ilusión, por egoísmo e inmadurez. Y esto fue con un par de meses de diferencia.
8.- ¿Estudias? ¿Para qué? Oh sí. Porque no hay nada como finalmente dedicarse a tu vocación.
9.- ¿Eres lo que quieres ser? Aún no, pero para allá vamos.
10.- ¿Cuál es tu mayor temor? Quedarme solo.
11.- ¿Si te dicen que mueres mañana y son las 9:00 p.m. qué harías? Diría todas las verdades que he debido decir, y luego me acurruco con la mujer que amo y espero el frío toque del Segador.
12.- ¿Qué no puedes dejar de hacer ni un solo día? Hay varias cosas, pero me he dado cuenta que tengo una dependencia de sanidad cuestionable a conectarme a Internet.
13.- ¿Tienes vicios? Aparte de lo mencionado, origami y... besos. :-)
14.- ¿Tienes secretos? ¿Para qué? Algunos. Soy como un libro abierto, pero hay que tener algo de misterio.
15.- ¿Cuándo dijiste el último te quiero? Anoche.
16.- ¿De poder ser un artefacto eléctrico, cuál serías? Un iPod. Qué rico tener toda esa atención. :-D NAh, probablemente un Hummer. Dios, las implicaciones psicológicas de estas respuestas...
17.- ¿Qué te apasiona? Leer, y una buena película. Ah, y otra cosa, pero éste es un blog para todos. ;-)
18.- ¿Cuál ha sido el momento más intenso de tu vida? Dios, el 4F, el 27F, el 11A, el 11S, el 26A(go) (por cuestiones mías)...
19.- ¿Qué piensas de la virginidad? Me parece admirable que haya una mujer que respete esa condición de sí misma en esta era. Pero no juzgo a nadie que no crea en ella. Cada quien es libre de pensar como quiera.
20.- ¿Qué te trajo el niño Jesús el año pasado? Un bluejean y un libro, pero de pana no me acuerdo cuál.
21.- ¿Ya estás ladillado de responder? Abierto a todo, qué te puedo decir. Supongo que es uno de mis problemas.
22.- ¿Te atreves o por amor? Me ATREVO, carajo.
23.- ¿Saldrás a votar el 3D? Por supuesto que sí.
24.- ¿Que cambiarías de tu vida? La flojera del carajito que pudo estar viviendo toda esta vaina hace diez años.
25.- ¿Qué es una lágrima para ti? No soporto verlas, ni de un niño ni de una mujer. Y coño, a veces cómo quisiera soltarlas menos.
26.- ¿Uva, manzana o mango? Mango, baby!
27.- ¿Qué es lo mejor de tener un blog? Para robarme una frase de Khabiria, que sale más barato que un psiquiatra.
28.- ¿A quién le mentaste la madre la última vez? Al hijo de treinta castas de PUTA que decidió comerse el semáforo.
29.- ¿El último piropo? Me dijeron el sábado que estaba muy elegante. Varias veces. :-)
30.- ¿El último beso? El sábado.

¿Quién sigue? A ver: Marian, David... adelante.

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Campaña de Abrazos Gratis

Una amiga tiene este nick que dice "Free Hug Campaign", y yo no le había parado. Hasta que otra amiga me mandó el link de un cierto video de YouTube con el mismo nombre. Y bueno, me monté en el tren de los conmovidos.

Es una campaña tan sencilla, sin embargo la considero tan poderosa. Un hombre que se hace llamar Juan Mann se para en un sitio público con un cartel que dice "Free Hugs". Y ya.

¡Dios hagamos esto en Caracas! En estos momentos que estamos tan estresados, tan montados unos encima de los otros, tan que los queremos matar, ¿no sería buenísimo hacer esto un día?

Vean el video, y piénsenlo. ¿Alguien le gustaría acompañarme a hacer esto?



P.D.: Al rato que escribí este post, vi otro video hecho aquí en Venezuela sobre el mismo asunto. No sé si fue en Caracas o en donde, pero me encanta que haya empezado.

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Cuando conoces a un ídolo

Definitivamente, quiero dedicarme a entrevistar. Un talk show en la radio es lo que más quiero. Y éste fue un momento clave en mi vida: cuando entrevisté a una persona a quien admiro mucho: Alfredo Escalante. No me voy a explayar sobre la vida de este famoso locutor venezolano, de modo que simplemente los invito a ver su página: http://www.alfredoescalante.com. Esta entrevista la hice sentado con él a la entrada de la emisora donde trabaja, 92.9 FM. Algo siempre pasa cuando conoces a tus ídolos: te das cuenta de lo humanos que son. Me impresionó que le llevo casi cabeza y media, luego de años de pensar que el hombre sería un gigantón. Y segundo, me pegó lo disminuido que se ve, como si estuviera de verdad pasando por tiempos difíciles. Claro, cuando empezó a hablar, se nota que es un tipo que está claro en la vida, aunque sus momentos de transportación mística aún aparecen. Si quieren leer la entrevista completa, avísenme y les mando una copia. Mientras tanto, ésto es lo que le voy a entregar a mi profesor (ah sí, fue una asignación para la uni). Disfruten.

Con la música aunque mal pague

Escalante hasta las estrellas… y un nuevo amanecer

Disc-jockey en una discoteca. Productor en la radio. Animador en televisión. Asesor de bandas. Productor de espectáculos. Locutor. Impulsor del rock nacional. La nostalgia lo rodea, pero Alfredo Escalante no nada en ella, sino que corre a su lado, viendo hace adelante

No llega en una moto, ni en un carro lujoso, sino a pie. Lleva una franela blanca con el nombre del programa que ya lleva casi quince años en 92.9, La música que sacudió al mundo, acompañando el dibujo psicodélico que aparecía en el programa homónimo de televisión, pantalones negros que parecen que lo han acompañado esos quince años, y cargando un morral NY & Style. Lo único que podría delatar que este hombre de barba y corta cabellera blanca, de baja estatura y flaca contextura es Alfredo Escalante son las colas de los tatuajes que se ven debajo de las mangas, el aro en la oreja izquierda y, por supuesto, los eternos lentes de sol.

Alguna vez dijo que los lentes eran porque como consideraba que, como los ojos son el reflejo del alma, no le interesaba que supieran qué llevaba adentro; pero ahora dice simplemente que es que se cuida los ojos. “Ahora estoy usando lentes para leer, que no es que me sienta orgullosísimo de eso”, ríe. “Mi hermano [Cappy Donzella, legendario líder hippie de los ‘60] decía cuando estaba en Radio Capital que el ácido me había volado los ojos y por eso me había puesto los lentes oscuros. Pero tengo ojos que lo ven todo, y quizá detrás de los lentes oscuros veo más.”

Y cuánto habrá visto. Con 64 años recién cumplidos (nació un 25 de octubre de 1942), qué largo, extraño viaje ha tenido Escalante, en palabras de los Grateful Dead. Resulta difícil no asociar su nombre con lo mejor del pasado de la música del país: desde sus inicios como musicalizador en discotecas como L’Insolite, su “transmisión en vivo” del festival de Woodstock, su famoso programa, primero en TVN5, luego en Venezolana de Televisión, hasta la organización de grandes conciertos en el Poliedro y su participación con la banda Arkángel, Escalante ha hecho todo cuanto ha podido para apoyar la movida del rock en Venezuela. Y a pesar de todo, ha conservado un aura de misterio, de distanciamiento del mainstream, de modo que no mucha gente puede decir que conoce a Escalante.


Alfredo y sus relaciones

En parte se debe a que las personas con las que más se le ha asociado ya no están tan cercanas a él. “Mi hermano está con el proceso, trabajando en Radio Nacional. Tenemos muy poco contacto, porque yo no creo en talibanes de ningún género, ni en política ni en música”, cuenta, sin ninguna alteración en su voz. “Aunque soy seguidor de una tendencia extrema, soy muy ecléctico a la hora de pensar. Pienso que una vía del medio es preferible que ir a los extremos, no hay que cometer a los extremos para ir por el medio.”

(Nota curiosa sobre su persona: “Me gusta el sonido del silencio, me parece que es el mejor sonido, el sonido del ambiente. Nosotros usualmente hacemos música hablando, y todo lo que nos rodea es música. Ese bombardeo mediático no lo soporto.”)

En cuanto al resto de su familia (Alfredo, de 41 años, Darío, de 28, y Chiron, la única hija, de 15 años), Escalante los lleva muy cerca de su corazón, si no de su domicilio: “Mi hijo mayor sigue en Italia [es músico], el otro ahora está en España, ahora trabaja en una radio, trabaja con rock [con Mariskal Romero, antiguo manager de la banda de rock Barón Rojo y viejo amigo de Escalante]. Y mi hija vive aquí en Caracas con su madre.”

Uno supondría que tener una hija adolescente lo tendría tan en contacto con el mundo de los jóvenes como lo hace su programa. Y sin embargo, dice que no es así. “Porque no tengo contacto con el entorno de mis hijos… porque normalmente un joven ve a alguien con canas, desconfía, es un rechazo automático.” Y de hecho, tampoco hay mucha relación con las personas de su edad: “No es por nada sino porque ellos están en otra cosa. No soy nostálgico, soy progresista en el sentido musical, de que siempre estoy buscando. Creo en la música rock, sea de la tendencia que sea, me gusta muchísimo el blues, esa música que dio origen al rock…”

¿No es nostálgico? Difícil de creer. ¿Por qué, entonces, tanto dedicado a los clásicos en su programa? ¿De verdad no es nostálgico? “No, qué va, porque si no estaría en la música de los ’70, ’80 y ’90, y ése no es mi rol”, ríe. “Creo en la buena música. Así como pongo a Van Halen, pongo a System of a Down, pongo a Cradle of Filth”, bandas de la onda de nü metal. “Muchos me acusaban también cuando tenía el programa de televisión de favorecer al grupo Arkángel, porque yo los manejaba, cosa incierta. Yo no los manejé nunca, yo era el asesor, una cosa diferente al manejador.”

Arkángel. La legendaria banda de rock pesado liderizada por el ahora polémico Paul Gillman. Ambos tenían una relación de padre-hijo, ambos se llaman el putativo del otro (“y los hijos no se niegan, aunque le hayan salido bobos”, afirmó alguna vez Escalante). Entonces un día aparecieron las creencias políticas, y por lo mismo que Escalante no cree en comandantes ni talibanes, la relación se enfrió, más que nada por las dudas que tiene sobre la sinceridad de las intenciones de su protegido: “No creo que cantarle a Alí Primera sea situarse en la dinámica de un país como el nuestro, ni en el 2006. Yo no creo en esa nostalgia, que me parece falsa de toda falsedad, para parafrasear a algún político que hay por ahí. No creo que él nunca haya sido seguidor de Alí Primera. Era demasiado sifrino para eso. O al menos eso fue lo que me demostró cuando teníamos un trato cercano.”

Los dos se volvieron a encontrar en la rueda de prensa del concierto de Dio, en agosto de este año. “Me trató de una forma muy cariñosa”, cuenta Escalante. “Más que todo, pienso yo, que por el entorno. Inclusive nos tomaron fotografías de ese abrazo del oso. Yo no me paré de la silla, y lo que hice fue pintarles una paloma a los fotógrafos para que no publicaran la foto.”

Alfredo y su mundo

Prueba de que si algo lo puede definir, es su rebeldía, aún a esta edad. “Yo soy un buen Escorpión, yo ni olvido ni perdono. Puedo dejar pasar, saltar por encima de las tumbas, pero los muertos, muertos están.” Por eso para él, Sting se quedará como un patán, “un mono de ojos azules” que entrevistó una vez en los ochenta, cuando el grupo Police vino a Caracas. “Y mientras más tiempo pasa, más lo considero así, porque uno tiene derecho a retomar el camino andado y desviarse, porque esa es la ley de la vida, porque uno tiene su verdad”, afirma con claridad. “Pero cuando le huelo la mentira, amigo, ya sigo de largo y le paso por encima. He visto muchos personajes y he conocido mucha gente que al paso del tiempo, me han demostrado que yo tenga la razón, aunque no es agradable tener razón sobre cosas desagradables.”

Y razón ha tenido muchas veces. En aquel entonces, cuando estaba en su programa Médium, de Radio Capital 710, lo normal era que las canciones en la radio duraran menos de dos minutos. Y sin embargo, Escalante ponía temas como “Mañana de Julio” de Uriah Heep, o “Escaleras al Cielo”, de Led Zeppelín, que excedían los siete minutos. “Yo me acuerdo que cuando yo ponía eso a mí me decían que si yo estaba loco”, dice, igual de divertido. Y ahora son clásicos.

Pero a pesar de su trayectoria y su habilidad de médium, es difícil que hubiera predicho en dónde está hoy. Aparte de La música…, que se oye los domingos en la noche, también tiene “La música que no me gusta”, un espacio de media hora de lunes a viernes al mediodía, donde se escucha —horror de horrores— RBD, Justin Timberlake, Calle Trece, por Dios…

Para alguien con la autoestima de Escalante, es, por decir lo menos, una prueba. “Había una de dos: o lo aceptaba o no lo aceptaba. Como tenía el permiso de PNI, y para no dejar esa brecha abierta a cualquier hijo de vecina, preferí asumirlo, aunque sabía que iba a ser un reto que todavía no lo entiendo. Por eso sigo diciendo que 92.9 sigue poniendo la música pop, yo sigo poniendo los comentarios de rock”, cuenta, entre resignado e irónico. “Sin embargo sé que no es una excusa viable; quizá la más viable es preservar el físico del ser, de algo tienes que comer.” Pero eso sí: “Es un suplicio.”

“Por eso sigo diciendo que 92.9 sigue poniendo la música pop, yo sigo poniendo los comentarios de rock”, se defiende. ¿Ha entonces cedido a los poderes? ¿Se ha… prostituido? “No, si me dicen prostituido, sería necio decirlo ahora. Ya yo estoy más allá del bien y el mal, me resbala.”

Será por eso que puede vivir sin problema con una mujer cuarenta años menor que él (“Me ha servido de mucho estímulo, mucha renovación,” afirma). Será por eso que se considera aún ingenuo, pero no inocente (“todavía creo en la gente, todavía creo en la posibilidad de que la música logre por fin estabilizarse, musicalmente hablando del país, porque aquí hay demasiada estrella”). Y sin embargo, está claro que ha levantado pasiones de uno y otro lado.

“Hay una frase que dijo Alan Aldrich, un ilustrador que hizo un libro sobre los Beatles, aunque no me voy a comparar con ellos, es que si alguien ha generado tanto amor, también tiene que haber generado mucho odio. Yo creo que en este caso puedo endosarme esa frase, me la puedo colgar,”, dice.

Es imposible dejar de preguntar: ¿que cree Escalante que dejará antes de que las estrellas lo guíen hasta un nuevo amanecer? “A muchos no les interesará, sobre todo los que trabajan acá en la radio pero a los que me escuchan sí, y es esto: que hagan lo que tengan que hacer. No con esto quiero decir que uno haga lo que le da la gana per se. Uno tiene que primero aprender qué es lo que vas a hacer, qué es lo que estás haciendo.”

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Nuestra pobre alma

Yo les pregunto a todos aquellos que sean religiosos: ¿qué es el alma?

¿Alguna vez se han hecho esa pregunta? Todos queremos creer que tenemos alma, esa "esencia" que nos da vida, nos asegura el paso al cielo, etc. Si buscamos en el Diccionario de la Real Academia Española, hay quince definiciones de la palabra alma. Me voy a parar en unas pocas:

alma1.
(Del lat. anĭma).
1. f. Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.
2. f. En algunas religiones y culturas, sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos.
3. f. Vida humana. Arrancarle a alguien el alma
4. f. Principio sensitivo que da vida e instinto a los animales, y vegetativo que nutre y acrecienta las plantas.

¿Se fijaron en algo?

En ningún lado sale "sinónimo de 'poceta'."

Entonces, ¿por qué CARAJO la lista de gente que insiste en CAGARSE en nuestras almas es tan larga?

  • Los que van manejando y creen que nadie puede estar más apurado que ellos.
  • Los que van manejando y les importa un bledo si otro está más apurado que ellos.
  • Los que van manejando e insisten en superar el semáforo en rojo -- así queden a mitad de camino como un perro en un patio de bolas cuando cambie.
  • Los que se rehúsan a hacer una cola o respetar un turno.
  • Los que han hecho del "¿no podemos resolverlo de otra forma?" una filosofía de vida.
  • Los animales administradores del estacionamiento del Centro Sambil: no contentos con que hay dos entradas y dos salidas, eliminan las salidas post-pago (ahora hay puro prepago) y quitan algunas entradas yo no sé para qué diablos...
  • Los fumadores que insisten en fumar -- ya sea que los vidrios del carro no abren, el apartamento es del tamaño de un ascensor, o el que está cerca es alérgico o asmático.
  • Los que llegan a la playa y te obligan a tener a Don Omar sentado contigo allí en la toalla.
  • Los trabahólicos (workaholics) que obligan a todos ser trabahólicos.
  • Los vagos que quieren que todos sean vagos.
  • Las mujeres que son super independientes -- hasta que les toca viajar paradas y ahí sí insisten que seas un caballero.
  • Las mujeres que no creen que seas digno de un simple "no" -- tienen que marearte primero.
  • Las mujeres que insisten en que su tiempo es más importante. Así que hay que esperar en ese carro, no joda.
  • Las mujeres que insisten en que tú te adaptes a ellas -- pero no al revés.
  • Los "compañeros" en un grupo, ya sea en el trabajo o los estudios, que consideran que su vida es demasiado importante para reunirse a hacer un trabajo.
  • Los estudiantes que, como no estudiaron, esperan que se les recompense la sinvergüenzura, ya sea con el "préstame tus apuntes, anda" (como compañero) o "¿no podemos presentar otro día?" (como profesor).
  • Los hombres que le dicen a las mujeres "no eres tú soy yo".
  • Los hombres que se cojen a la pobre mujer sin pensar que es el que viene después de él el que la va a pagar.
  • Los hombres que creen que salir con más de una mujer los hace más machos.
  • Las mujeres que creen que saliendo con más de un hombre se están vengando.

Si estás en esta lista, desgraciad@, espero que te entre un ataque de polvo pica-pica por un año en los interiores/pantaletas. Si eres de los que están en el otro lado, es decir, tu alma se ha convertido en un vertedero, levántate y pelea, hermano, ¡no nos dejemos, carajo!



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Caricatura editorial del 26/09

Realmente cualquier comentario sobra...

"¿...y estás seguro que eres un exorcista de verdad?"

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Los animales lloran. in memoriam Steve Irwin

Yo no creo ser como muchos de ustedes, ya que yo soy asiduo --asiduo-- televidente de Animal Planet. Desde bebé he sentido una fascinación por los animales que no puedo explicar. Sufro con ellos, me río con ellos, y no es nada raro que pase un domingo en la tarde viendo documentales sobre ellos. De modo que sé muy bien quién era Steve Irwin, el Cazador de Cocodrilos, y sentí una enorme tristeza ese 4 de septiembre cuando supe que había dejado este mundo. Para aquellos que no lo sepan, su nombre completo era Stephen Robert Irwin, y nació un 22 de febrero de 1962 en Essendon, a las afueras de Melbourne, Australia. Cuando era muy niño se mudó con sus padres a Queensland, donde ellos tenían un pequeño zoológico. Su padre, Bob Irwin, era un herpetólogo (científico interesado en reptiles), y su madre Lyn era una "rehabilitadora de animales". Bob le enseño a Steve todo lo que sabía, hasta tal punto que ya a la edad de nueve años, cuando yo estaba ocupado jugando con muñequitos y leyendo Snoopy, él estaba manejando cocodrilos junto con su padre. Después que se graduó de bachillerato, se dedicó a atrapar cocodrilos que se encontraban en zonas habitadas y que podrían convertirse en problemáticos. La única condición era que los situara en su zoológico de la familia, el cual pasó a su cargo en 1991.

Permítanme hablarles un segundo de esos cocodrilos que Steve manejaba. Ellos son cocodrilos estuarinos o de agua salada (Crocodylus porosus) y son los reptiles más grandes de la Tierra, alcanzando fácilmente los cinco metros de largo y pueden pesar más de una tonelada. El record es una bestia de 8,14 m matada en Queensland. Cuando les digo que son monstruos, no exagero: pueden picar a una persona en dos de un solo mordisco. Y lo divertido es que, a pesar de su amor por los animales, por recibir muchos mordiscos, Steve admitía sentir temor... por los loros.

Pues bien, esas fieras eran los animales favoritos de Steve. Y eso, combinado con su exuberante personalidad, su (a veces) sobre-entusiasmo y el hecho de que estuviera permanentemente vestido en khakis lo hacían ver como loco. No ayudó un cierto incidente que le dio mala prensa, pero eso viene después. En fin, Steve ya manejaba el zoológico (llamado ahora Australia Zoo) y hacía demostraciones diarias educando a los visitantes sobre los animales en Australia. En una de esas conoció a una americana llamada Terri Raines, y se casaron un año después. Al tiempo tuvieron una hija que llamaron Bindi Sue, por una hembra de cocodrilo llamada Bindi y una perrita de Steve llamada Sui. Qué les puedo decir...

Una cosa que Steve sí podía decir era su gran pasión por la conservación. Él y Terri fundaron una organización llamada Wildlife Warriors, y la multitud de series sobre la conservación como El
Cazador de Cocodrilo, Archivos de Cocodrilo y otras lo hicieron una estrella internacional. Incluso hubo una película, pero fue un fracaso en el cine.

Y por supuesto hubo una controversia cuando Steve tomó a su hijo Bob, de un mes, en sus
brazos, y alimentó a un cocodrilo de cuatro metros. Muchos de ustedes leyeron eso y seguramente se estremecieron. En especial después que les enseñe la foto:

Pero hay que entender una cosa. Steve no llevaba una vida normal. Este hombre manejaba cocodrilos como otro puede manejar perritos desde hace más de 30 años. Y ese cocodrilo era uno viejo (si se fijan verán que no tiene dientes) que tenía muchos años en el zoológico, de modo que Steve lo conocía a la perfección. De modo que yo sí estoy seguro que ese bebé nunca estuvo en ningún peligro real. Además, el hombre era famoso por ser un devoto padre de familia para sus dos hijos; yo dudo mucho que pusiera a su bebé en una situación donde no lo pudiera proteger.

Pero como siempre he leído sobre personas que trabajan con animales, ya sean fotógrafos, trabajadores de zoológico o naturalistas, lo único absolutamente seguro es que son impredecibles. Lamentablemente, Steve lo confirmó el 4 de septiembre de este año. Estaba grabando un documental en un arrecife coralino al norte de Australia, y pasó demasiado cerca de una pastinaca o sting ray (NO una mantarraya; vean las fotos que enlacé con los nombres). Estas rayas son seres sumamente pacíficos, que sólo atacan con su aguijón venenoso (que está en la base de la cola) cuando se sienten amenazadas. La
raya levantó su aguijón, y atravesó el pecho de Steve, que se le clavó en el corazón y le produjo un infarto que le acabó la vida casi instantáneamente.

Muchos dirían que es una muerte estúpida: el hombre manejó animales peligrosísimos toda la vida (su primer especial para Animal Planet fue la búsqueda de las diez serpientes más venenosas del mundo), y lo mató un animal sumamente tranquilo en un incidente que es fatal muy rara vez. Yo digo que más estúpido es la serie de pastinacas muertas que se han encontrado en las playas de Queensland unas semanas después de la muerte de Steve. Si acaso, es prueba de lo mucho que la gente lo quería, pero ni que las rayas tuvieran la culpa.

Obviamente el hombre murió como él hubiera querido morir, pero él quería vivir. Estaba lleno de vida, lleno de amor por el mundo animal que lo rodeaba. Y mucha gente compartía su entusiasmo; el hombre era imposible de no querer, no importa cuánto desesperaba. En un acto conmemorativo, muchas personalidades alrededor del mundo le rindieron tributo, como Russell Crowe, Hugh Jackman, Cameron Díaz, Justin Timberlake, Kevin Costner, David Wenham y su hija Bindi, quien llamó a su papá "su héroe".


Me uno al sentimiento de un hombre que hizo tanto por los animales como el famoso español Félix Rodríguez de la Fuente, y su muerte ha entristecido al mundo. Como alguien en su funeral dijo: "No estén tristes por él, pues él está en paz; estén trsites por los animales, pues han perdido a su mejor amigo."

Hay un wallpaper conmemorativo que Animal Planet sacó para conmemorar la vida de Steve. Dice: "Te extrañaremos, amigo. Steve Irwin: 1962-demasiado pronto."

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Día internacional de los bloggers

Si leyeron mi post anterior, saben que hoy por segundo año consecutivo es el Día Internacional de los Blogueros. Felicidades a todos nosotros que nos hemos dedicado a mantener este medio lo innovador y libre que es.

Bueno pero he aquí lo divertido del asunto. Después que puse el post fue que leí la notica en sí. Ups.

En fin, el caso es que se supone que hoy todos los blogueros debemos recomendar al menos cinco blogs distintos que sean preferiblemente distintos a mi cultura, forma de pensar y posición en lo que sea. Yo soy sincero, yo tengo tiempo que no reviso los blogs de gente que no sean mis panas, así que me lancé una navegada por la blogósfera para ver qué podía recomendar. Y bueno, ahí encontré algunas cosillas.

Hands Off Venezuela. No podría estar en una línea más distinta a la mía, así que lamentablemente califica perfecto. Lo incluyo porque no quiero que se siga pensando que Chávez no tiene apoyo internacional, fuera de los locos en Asia. También considero que uno debe saber qué piensan incluso con los que estás en desacuerdo. Procedan bajo su propio riesgo. En inglés.

Mere Islam (en inglés) y La Guerra Eterna (en español). El primero incluye reflexiones sobre el Islam, y el segundo expone muchos puntos de vista sobre la situación en el Medio Oriente. El Islam es una religión que me parece fascinante, y es a veces doloroso que se asuma que todos los musulmanes son terroristas. Recordemos que las Cruzadas sucedieron por fanáticos cristianos. Y bueno, la situación del Medio Oriente es algo tan complejo, tan deprimente, que cualquier información que aparezca sobre ellos es bienvenida para mí.

Internet Política. No saben cuánto quisiera que la política no fuera un tema de importancia. ¿Pero cómo hacemos? A pesar de lo ladrón, deshonesto y maquiavélico que pueden ser muchos, lamentablemente son los políticos los únicos que saben cómo manejar un país. Qué les puedo decir...

Bocaditos. Me encantan los blogs literarios, pero nunca falta uno que realmente maree. Chequea éste a ver qué opinas. Uno que otro post está muy bueno, pero el estilo de escritura me hace doler la mirada.

Pues helos ahí. Los invito a hacer lo mismo, chicos. Ahí nos vemos!

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Pilu.com - Los blogueros celebran su día

Pilu.com - Los blogueros celebran su día

Feliz día para todos nosotros, chicos.

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El desahogo

Lo que ustedes van a ver es la nueva forma de desahogo bajo increíble frustración, rabia o tristeza. Funciona igual que bien que en vivo, y usted no sufrirá ningún daño.

Procedo.

¡¡¡¡GrrrrrrrrrrrrrrrAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRGH!!!!

(golpes contra la pared)

¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRGGGGGGH!!!!!!

(papeles son rotos, pedazos lanzados al espacio)

¡¡¡¡¡¡¡GRRRRRRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAUUUUUUUUUURRRRRRRRRRGGGGH!!!!

(un vaso es lanzado a la pared, se hace mil añicos... DIOS qué bien se siente...)

¡¡¡¡¡¡¡¡¡RRRRRRRRRRRRAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOOOORRRRRRRRG!!!!

(un puñetazo a la pared... el dolor hace que suba la rabia, y se procede a hacer algo sumamente estúpido...)

¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRR--

¡CRACK!

(se acaba de correr contra la pared... cabeza primero.)

Snif...

(al recuperar la conciencia, asegurarse que no se partió el cráneo, la tristeza supera la rabia...)

(Y la calma.)

Le aconsejo siga usted este sencillo método (¿sí se entendió que debía ser todo por escrito, verdad?) antes de pararse y hacerlo de verdad. Evitará un infarto o una mano o cabeza rota. Y al final le aseguro que se sentirá mejor.

Gracias por la atención dispensada, y hasta logo...

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La mirada al espejo

¡No muchachos! No estaba muerto. Ciertamente tampoco de parranda. ¡Simplemente hiper ocupado!

La triste verdad que he descubierto es que cuando escribes por trabajo, no encuentras mucha inspiración para escribir por placer. Y bueno, realmente extrañaba escribir en mi blog, pero no me puedo quejar. Verán, desde marzo he estado haciendo pasantías --aunque "trabajando" creo que es un mejor verbo-- en un pequeño semanario llamado El Correo del Àvila. Es pequeño, limitado a noticias de Caracas, pero me ha dado una oportunidad increìble de estar en el medio. Y no me puedo quejar, me han dado las dos últimas portadas (es decir, los reportajes prinicpales). Ha sido una experiencia super gratificante. Aparte de eso, una muy querida amiga me ofreciò escribir una columna de cine en un periódico/revista juvenil llamado Letras. Total, no me puedo quejar en ese aspecto. La vida laboral parece prometedora.

Pero bueno, heme aquí de nuevo. Pasa que esta semana ha sido una de esas semanas en la vida de todo hombre. Es aquí donde uno tiene que echar una buena y larga mirada al espejo y decirse a sí mismo que no es un muchachito, que no puede seguir haciendo las vainas que hacía cuando tenía dieciocho (o las que dejó de hacer, en mi caso). Tambièn tiene que realmente preguntarse si le gusta el camino que está tomando su vida, y si la respuesta es negativa, tiene que decir qué demonios va a hacer para cambiarlo.

Yo no me considero un tipo particularmente atractivo. Tampoco feo, ojo, pero ciertamente hay tipos que son mucho mejor parecidos que yo. Pero bueno, admito que he tenido cierto éxito con las mujeres. Y siempre me he vanagloriado que las he tratado con respeto y sinceridad. Pero... desafortunadamente me he dado cuenta también que a veces ni eso es suficiente.

Si de algo me sirvió es para darme cuenta de algo: yo no me aprecio de la manera en que debería apreciarme. Dejé de estar seguro de lo que quería. De modo que este tiempo lo dedicaré a la persona a quien le he dedicado la menor cantidad de tiempo en tiempos recientes: a mí. Usaré este tiempo para hacerme la gran pregunta, como lo mencioné antes: ¿es éste el camino que quiero que lleve mi vida? ¿Es así que voy a cumplir mis metas? En el amor, ¿qué es lo que realmente quiero?

Cuídense todos.

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Y se terminó El Mundial

Bueno... se terminó el Mundial. ¿Y ahora de qué rayos vamos a hablar?

Yo de lego del fútbol no tengo mucho. A mí no me digas que se debió poner a tal jugador y no a éste porque es delantero, o que tal es zurdo y lanza de derecha. Sé una que otra cosa: que Roberto Carlos y Beckham son especialistas en tiro libre, que Buffon es el propio muro, que cuando se hablan de esquemas 2-4-4 se está hablando de atacantes, mediocampistas y defensa. Pero me acabo de enterar de cuándo se está fuera de juego (porque lo consulté en esta página). Conozco nada más que a los jugadores más conocidos. Soy fanático del Real Madrid, pero no me pregunten qué posiciones juegan Ronaldo, Beckham, Roberto Carlos y Raúl (de hecho, ¿Raúl sigue en el Madrid?). Pero igualito me tripeo mi fútbol. Y qué importa que se acabó el Mundial; ya viene la Copa América para el año que viene, la Eurocopa en dos años (o la Copa América con plata) y siempre está la Liga de Campeones, la Liga Española, la Copa de Clubes... Eso es lo sabroso del fútbol: es como eterno.

Y les voy a comentar algo: estoy medio desilusionado con este Mundial. Más allá de que haya ganado Italia. (¡Sí! ¡No le voy, ni le he ido, ni le iré NUNCA a Italia!) Fue un Mundial aburrido. Sólo hay dos juegos que creo que realmente fueron emocionantes: el Argentina-México y (lo admito) el Alemania-Italia. Acá predominó el juego defensivo. Y eso me desespera, viejo. ¡Busquen ese gol! ¡Dejen la vida en el campo! Y ESA es la razón que no me gusta Italia. Bueno una de ellas. Me desespera que marcan UN pinche gol, y después TODOS son defensas. Supongo que eso hizo el juego contra Alemania más emocionante, había mucho más ataque. Pero en un Mundial donde apenas hubo 2,29 goles por partido, el segundo más bajo de la historia, qué desespero no ver a la gente tomar más riesgos. ¿Por qué lo importante debe ser nada más ganar? ¿Qué tal ganar y ganar BIEN?

Bueno he aquí mi humilde resumen de las mayores desilusiones de este Mundial. A ver qué opinan ustedes.

  1. Brasil. Como fiel hincha de la canarinha, les puedo decir que ustedes no saben cuánto la extrañé. Ahí jugaron leyendas vivientes del fútbol actual. Ronaldinho, Ronaldo, Kaká, Roberto Carlos (que jugó su último mundial), Cafú... ¿y dónde demonios estaban? Fueron nada más que a cumplir un trabajo. Ronaldinho acaba de ofrecer disculpas a la afición porque no dio lo que se esperaba de él, y que quiere volver a la selección para conquistar el título en el 2010 en Sudáfrica. Eso espero viejo, porque ya te tumbaron la estatua tuya en Brasil; si vuelves a meter la pata así, algo me dice que van a ir por tí.
  2. Lionel Messi. Era la gran promesa de Argentina. El chamo que de casualidad ha empezado a afeitarse lo hizo de una forma brillante en el juego contra Serbia y Montenegro (¿juego? ¡Práctica de goles, más bien!). Entonces, ¿alguien me quiere explicar que DEMONIOS hacía el carajito en la banca durante el juego contra Alemania? ¿Que acaso no pudo hacer una diferencia? ¿O estaban esperando permiso de la mamá?
  3. Costa de Marfil. Cualquiera que haya visto el juego contra Argentina estará de acuerdo que estos negritos merecían avanzar. Creo que fue el único equipo que perdió no por ser peor que su contrario, sino, porque ellos fueron mejores. ¡Cómo sudaron para avanzar!
  4. Estados Unidos y República Checa. Mucho quinto y cuarto lugar (respectivamente) en el último ranking de la FIFA (justo antes del Mundial). A EE.UU. le faltó lo que tuvo en las otras copas; a los checos no sé qué les pasó. Del tiro, ahora República Checa está en el décimo lugar, y los gringos bajaron al décimo sexto (ver todo el ranking aquí).
  5. El misterioso penal. Y mira que he visto las repeticiones. Y mira que no quiero parecer picado. Pero yo siempre tendré mis dudas sobre si el penal con el que Italia venció a Australia para pasar a cuartos de verdad fue un penal.
  6. Cristiano Ronaldo. El niñito malcriado del torneo. Yo fuera Luiz Felipe Escolari (el entrenador de Portugal) y le viviera cayendo a coquito. Pela un gol, y zapatea como haciendo berrinche. Le hacen falat, y casi que llora. Hijo, tienes talento, lo sabemos; ahora MADURA, coño. Y anda mosca, que Wayne Rooney todavía te está buscando.
  7. Zinedine Zidane. Yo siempre veo los Mundiales con dos objetivos prinicpales: uno, que gane Brasil (aunque había una parte mía que no quería que se llevaran la copa este año), y dos, que pierda Italia. Ahora lo puedo decir sin tapujos. De modo que el domingo, me tenía aprendida "La Marsellesa", decidí que ese día ni se comería pasta, ni se comería pizza, y me desayunaría un croissant. ;-) Bueno, el caso es que estoy viendo el juego, y por los tragos que me tomé en el almuerzo, medio cabecée, y me quedé medio dormido. Lo que me despierta es mi mamá (pro-italiana como pocas... y caraquista para más detalle... yo tengo que ser adoptado) pegando gritos de "¡Abusador, desgraciado, infeliz, cómo se te ocurre!" Y resulta que me entero después que ya el "Zizou" se transformó en "búfalou" y noqueó a Materazzi de un solo cabezazo. Ahora les digo: más allá de que no me guste el equipo italiano, que haya más de uno en ese grupo que me caigan como una patada en las que te conté (Vieri era el rey de los cazzo, para mí... Toti más o menos... Buffon es el único que siempre se merecerá todo mi respeto, por su talento y su calidad humana), en un partido de fútbol hay dos cosas que no se hacen: no insultarás a tu oponente refiriéndose a su familia, nisiquiera jugando, y JAMÁS agredirás a otro jugador. Esa despedida de Zidane del fútbol profesional fue, por decir lo menos, triste. ¿Cabezazo en el pecho? No, chico.
Yo le hubiera dado en la cara. }:> (Mentira.)

Ojo, también creo que hubo cosas buenas. Oye, es fútbol.

  1. Oliver Kahn. El hombre estuvo sentado casi todos los juegos de la selección alemana. Había sido el titular hace cuatro años, y brilló como nadie en ese Mundial, aún más que Gianluigi Buffon, pero se lo dieron al más joven Jans Lehmann. Pero el una vez llamado "King Kahn" nunca perdió su espíritu deportivo. Lo demostró en el que para mí fue el mejor momento de todo el torneo, cuando, en la tanda de penales contra Argentina, se acercó a Lehmann, a quien se rumora odia con pasión, y con calma y sinceridad, le susurraba lo que me imagino eran palabras de aliento. Y cuando jugó el tercer lugar contra Portugal, la última vez que se pararía sobre una cancha, era como si no hubeira pasado un día. Auf viedersen, Köenig Kahn. Te extrañaremos.
  2. Argentina-México. El mejor y más emocionante partido de todo el Munidal. Rápido, emocionante, agresivo y, sobre todo, limpio. Yo iba más por México, de hecho son uno de mis favoritos sentimentales, pero bueno, qué le vamos a hacer. De hecho, gracias a él doy el punto 3.
  3. El gol de Maxi Rodríguez. Yo ni sabía quién era Maxi Rodríguez hasta que hizo este portento contra México. Recibe el balón, lo para con el pecho, lo baja, y suelta un cañonazo que ni un muro hubiera parado. Es mejor verlo siquiera animado, así que visiten esta página coretsía del diario El Universal para que al menos se hagan una idea.
  4. Ricardo. Los arqueros tuvieron mucho protagonismo en este Mundial, lo que acrecienta la tesis que dominó el juego deportivo. El mejor fue de lejos Gianluigi Buffon (perdonen si no es el nombre), que permitió, en juego reglamentario, apenas dos goles en todo el torneo. Pero Ricardo, de Portugal, fue un héroe en mi libro. El juego contra Inglaterra se hizo rudo, que hasta hizo que expulsaran a Wayne Rooney por desgraciado, y llegaron a los penales. Y el Ricardo paró no uno, no dos, sino tres penales de una forma espectacular. Quién sabe, a lo mejor y lograban ganarle a Italia. We may never know. Pero el Ricardito lo hizo moito bem.
  5. El Mundial. No importa qué tan aburrido haya estado. No importa que no haya ganado ninguno de los que quise, sino el que menos quería. El hecho de que haya una Copa Mundial de Fútbol es ya algo maravilloso. Díganme que hay algo más sabroso que estar pendiente durante todo un mes de algo que a la vez alborota nacionalismos y crea camaradería donde sea. A mí también me gusta el béisbol (ya por ahí voy a sacar la franela que dice "Yo sí soy magallanero... ¿Y qué?"), pero nunca me apasionará como el fútbol. Y por muy fan de los Medias Rojas que sea, una Serie "Mundial" nunca se comparará a un verdadero Mundial.

En resumen, nada de lo que nos quejemos la Liga Anti-Italiana cambiará nada, así que salud a los victoriosos (no, no los voy a felicitar...) y disfruten sus cuatro años de felicidad. Ya veremos cuando estén en Sudáfrica qué hacen o dicen. Espero que Materazzi esté en banca con un ojo morado, no joda.

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El Mundial, divino escape

Venezuela está como paralizada. En ciertas horas hay menos colas, más silencio en los alrededores de los sitios públicos. Cualquiera que esté saliendo de una cueva creerá que hay día de luto nacional o algo así. Hasta que, de un centro comercial, restaurant o ciertas urbanizaciones, se viene abajo el mundo por el único grito que se dice igual en todo el mundo:

"¡¡¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!!!"

Y nuestro ermitaño dirá: "¡Ah, con razón! ¡Es el Mundial!"

Hay pocas cosas tan sabrosas para un venezolano como un Mundial de Fútbol. Es algo de lo que todo el mundo está pendiente, no importa de qué raza, clase social, sexo o edad tenga. Hay algunos que exageran la nota, y se ponen violentos (voy a hacer un esfuerzo MUY grande de no decir quiénes creo que se ponen así -- objetividad por delante), pero en general ver un partido de equipos grandes en un sitio público tiene una energía inigualable. Si estás del lado ganador, tienes la ventaja de disfrutar de manera sana del dolor ajeno. Incluso, si eres del equipo perdedor, puedes tener el consuelo de un grupo. Y el arma de doble filo: no estás pendiente de nada de lo que está pasando en el país. Chávez puede estar decre3tando leyes que te van a obligar a vestirte de mujer los domingos o algo peor, y tú sólo te vas a enterar después del 9 de julio, cuando este peo termine.

Las emociones en el Mundial son diversas a niveles a veces absurdos. Yo soy el primero que grita, brinca, se rasca (no me pinto) cuando alguno de mis equipos gana, y si gana después de largo batallar mejor aún. Pero lo que me parece sencillamente ridículo es el nacionalismo exacerbado que se agitan en esos tiempos:

No le vayas a Brasil porque los garimpeiros nos viven invadiendo.
No le vayas a Colombia por la guerrilla.
No le vayas a Irán ni a Arabia porque son terroristas.
No le vayas a Estados Unidos porque son una cuerda de yanquis.
No le vayas a España porque son hediondos. (Juro que alguien dijo me dijo esto una vez.)
No le vayas a Italia por... bueno, son demasiadas las razones que me han dado. ;-)

A ellos yo les digo: ni que fueron los garimpeiros que están jugando, viejo. Eso de mezclar deportes con política o con cualquier otra cosa, eso simplemente no me va. Tomarse demasiado en serio cualquier cosa que no sea vida o muerte es una buena manaera de acabar paraplégico por una apoplejía que te de. O en el menor de los casos, ser un ermitaño social.

Yo conocí una vez a un pana que vivía, moría, respiraba y sangraba fútbol. Era algo absurdo: iba más allá de ponerse la franela del equipo, tener el logo, saberse los nombres de los jugadores. Era de bañarse en cerveza cuando el equipo ganaba, y realmente pasar tres días amargado --amargado-- cuando perdía. Y ni si te ocurra meterte con él si eso pasaba. Una vez vi a un tipo que se burló de él cuando su equipo le gano al de él, y estuvo a un paso de partirle una botella en la cabeza. Y una vez que le quisieron hablar de su "pasión", por llamarla de alguna manera, el tipo contestó con toda su calma: "No vale, si yo me tripeo mi vaina."

¡Trozo 'e loco!

En mi caso, yo no estoy ni cerca, pero igual estoy que me escapo de la oficina o clase cuando alguno de mis equipos va jugando. Como Cines Unidos tiene una promoción para ver los juegos en alguno de sus cines están que me pican las ganas por ir. Y lo admito, me divierto un mundo cuando el equipo "enemigo" pierde.|Y hago un esfuerzo porque no se me note que el equipo mío perdió. Donde sí agarraré la madre de las arrecheras es si ése equipo "enemigo" (¡¡¡no lo voy a decir, coño!!!) llega a ganar el Munidal. Es que me escondo por cuatro años, quién los va a aguantar, ¡¡¡NOOOOO!!!

Bueno, mientras, nos gozamos nuestro Mundial. Lástima que después del 9 de julio, back to reality. Pero hasta ese entonces, estaré pendiente de que Brasil, España, Inglaterra, México o Portugal alcen esa copa.

Y que ELLOS pierdan...

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Planeta P

La mujer, de por sí, es una de las cosas más fascinantes que Dios ha creado. Y sólo nuestro Señor pudo haber creado un ser tan complejo, que aún después de años de conocer te das cuenta que no conoces sino la superficie. Aunque ojo, aunque fascinante es admirar el Coliseo, las pirámides de Chichen-Itzá, un atardecer en la playa u oír una melodía, fascinante también resulta estudiar la maldad de Stalin o Hitler, o los problemas en Oriente Medio, o cosas por el estilo.

El caso es que no podemos dejar de admirar a las mujeres, desde algo tan sencillo como lo bien que se pueden ver en trajebaño --y es impresionante cómo puede hacerlo la que menos te imagines-- hasta los extremos a los que son capaces de llegar por lograr su objetivo o complacer a sus seres queridos. Madres, tías, abuelas, primas, novias, hermanas, amantes, esposas, jefas, compañeras, amigas, madrinas, doctoras, cantantes, simples desconocidas que nos pasan al lado.... Todas se merecen en algún momento el reconocimiento de los hombres. El verdadero reconocimiento, no las babosadas que se hacen pasar por piropos que algunos Neandertales sueltan en la calle. Y no me refiero nada más a obreros, que bien decentes que he conocido (pocos, pero los hay). Pero eso es otro post.

Bueno, entre los amigos de la universidad, el mayor reconocimiento que tú le puedes hacer a una mujer es decirle que tiene que venir de fuera de este mundo; es decir, del planeta P.

El nombre será algo que explique en un minuto. Mientras, ¿qué debe hacer una fémina para merecerse semejante elogio? Y les digo, es algo que no se da fácilmente. En cuatro años de carrera, y el término se inventó hace uno, más o menos, sólo cinco han obtenido el honor. Yo tengo mi propia candidata para el próximo, pero así como para conseguir la Santidad a una persona debe certificársele un número determinado de milagros, a una habitante del planeta P se le deben comprobar ciertas cosas antes de lograr su "ciudadanía".

Antes que nada, debo aclarar algo: uno no tiene que estar enamorado de una mujer que salga de este planeta. Por supuesto, es difícil resistirse a ellas con este cúmulo de atributos; pero, al menos en mi caso, les puedo asegurar que lo único que me une a las cinco candidatas que conozco, en especial a la que le dio el nombre al término, es una hermosa amistad. Claro, me sentiría honrado si ello cambiara, para bien, pero sé que eso es algo fuera de mis posibilidades. No porque sean demasiado para mí, sino que simplemente esos no son los sentimientos predominantes.

Ahora sí. ¿Cómo reconocer a una habitante del planeta P?

  1. Debe ser hermosa. En ciertos casos, bella. Eso creerán que es lo fácil; total estamos en Venezuela, país que definió a la mujer hermosa. Pero debe ser hermosa sin buscar que los demás se lo digan. Una habitante del palneta P debe ser capaz de lograr una mirada aunque esté recién despertada y enferma. El maquillaje debe complementar su belleza o aumentarla, no ser su belleza.
  2. Debe tener conversación interesante. Ojo, no pedimos una Madame Curie, pero superficialidades todo el tiempo tampoco. Total, eso delata la siguiente cualidad.
  3. Debe cuidar su apariencia, pero no obsesivamente. Lo primero para ella debe ser su crecimiento personal, aún si ello significa sacrificar el aspecto amoroso. Ello sólo la hará más merecedora del momento en que llegue el que es.
  4. Debe ser amiga incondicional. Hacer cosas que ni tú te sabías capaz de hacer por los panas. Es decir, que uno pueda contar con ella aún en los momentos más negros y oscuros. Por ende, quieres ser su amigo condicional.
  5. Esta es condición de los que la rodean: debe hacer a los que están con ella sentirse bien. Que su sola presencia los haga sonreír, que su conversació te quite todo lo malo. Digo que es condición de los demás, porque obviamente esto es percepción personal, pero la personalidad de esta hermosísima mujer ayuda.
  6. Debe ser divertida. Que le guste compartir con sus amigos, los que tienen la suerte de llamarla así. Puedes disfrutar de un simple café o puedes estar en tremendo bonche, pero ella debe disfrutarlo de sobremanera.
  7. Por último, debe ser modesta. No debe admitir abiertamente nada de lo que se dijo aquí, que se crea que, a pesar de lo extraordinaria que es, la persona más normal sobre la tierra.

Ahora, explico el nombre. El nombre no es P, pero respeto el derecho a anonimato de la persona por la que se bautizó el planeta. Es una muchacha que estudia con nosotrso en la uni. Esta niña --que de niña no tiene nada, aunque por su cara nunca lo adivinarían-- no solo es una belleza física, es super preparada e inteligente, estudiosa, y una amiga a toda prueba. Nos hemos alejado un poco, más por decisión de ella que de nosotros, pero el cariño que siento por ella sigue igual. Ella ha hecho cosas por nosotros que nunca creí que alguien podría hacer, cosas por las que yo he llorado conmovido. Y lo peor es que ella ha pasado por cosas tan duras, que ella para nada se merece. Pero fiel a su madurez, las ha superado, muy poco a poco, concentrándose en su carrera y su trabajo. Ahora la veo sonreír más, y su sonrisa no tiene el tinte triste de hace tiempo. Me alegro mucho por ella.

Si tú, fundadora del planeta P, lees esto, disculpa si me he pasado un poquito en alabanzas, pero siempre me he sentido así por tí. Sólo espero que así como nos has llenado la vida de luz y color por habernos dado el placer de conocerte, espero que tu vida se te llene de luz y color como sé que quieres. Te quiero muchísimo, mi eterna amiga.

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Furia al volante

Para aquellos que no lo sepan, soy estudiante de octavo semestre de periodismo en la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, Venezuela. Una de las materias es Periodismo III (oh sorpresa), donde nos dan dos semanas para hacer un auténtico reportaje sobre algún tema en particular. Y si alguno de ustedes llega a siquiera medio sugerir que es fácil, les digo que están tristemente equivocados. Es el trabajo parejo. Pero también es muy satisfaciente.

Este es mi segundo reportaje, una pequeña investigación sobre el fenómeno de "road rage", o furia al volante. Mi profesora no me lo ha corregido, así que si les gusta, bien, pero tengan en cuenta que lo más probable es que tenga errores. Disfruten.

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De manso peatón a fiera en el carro

Cuando la ira toma el volante

Manejar en una ciudad, ya un reto de por sí, se convierte en toda una aventura cuando se debe lidiar con esa misteriosa pero muy peligrosa condición conocida como “furia al volante”

JUAN CARLO RODRÍGUEZ

María Eugenia Marín comprobó una vez que manejar en Caracas puede ser, más que molesto, peligroso. La joven iba cierto día manejando el Volkswagen de la amiga que la acompañaba, hasta que llegaron a la una intersección en Altamira. Al cambiar el semáforo, ella quedó ligeramente atravesada. “En eso, el semáforo no había terminado de cambiar otra vez cuando siento que nos estamos moviendo. Cuando volteamos veo que es el tipo que está atrás, que venía en una camioneta, que nos está empujando. Y con los carros de adelante sin moverse, ya nos íbamos a montar encima de ellos.” Afortunadamente Marín logró meterse en su canal y moverse a su velocidad, y el evento no pasó a mayores.

Otro conductor, el señor P., no fue tan afortunado. Cuando cierto día de mayo este caballero de la tercera edad cambió de canal en el Boulevard de El Cafetal, ello no cayó bien en el conductor del Aveo que venía detrás de él. En seguida, el hombre del Aveo se bajó del vehículo gritando improperios, tomó al señor P. por la solapa y, sin importar la diferencia de veinte años de edad entre ambos empezó a golpearlo con fuerza en el suelo. Tuvieron que correr otros ocho hombres a detener lo que quizá pudo haber sido asesinato.

¿Increíble? Quizá, pero no precisamente inusual. El fenómeno que lleva a una persona aparentemente normal a cometer semejantes actos no es nuevo, y algunos dicen que va en aumento. Es el llamado road rage: furia al volante.

Estrés y tráfico: mala combinación

Psicológicamente, el fenómeno de furia al volante no está tan estudiado en nuestro país como en Estados Unidos, por ejemplo, como tema específico, sino que sería parte del estudio global del control de la ira. Según explica la psicóloga Lila Goncálvez, del Centro de Asesoría y Desarrollo Humano de la Universidad Católica Andrés Bello, estar en el carro es simplemente una excusa para manifestar la emocionalidad de la persona. “Alguien con un determinado estilo de personalidad o que por una serie de condicionamientos sociales ha tendido a reprimir la rabia en un período de tiempo puede explotar en cualquier momento. Pero están los que caracteriológicamente son más explosivos, más espontáneos, y siempre lo están poniendo en práctica.”

Una explicación para el fenómeno puede estar en el tipo de personalidad del conductor: uno puede ser tipo A, más acelerado y dinámico, o tipo B, más sereno y planificado. Se ha encontrado que existe una alta asociación del tipo A con patrones de hostilidad. También están los elementos de autocontrol: “Imagínate un gerente que en su oficina tiene que estar muy controlado, una vez que se monta en su carro no tiene ese control, esa restricción. Yo siento que la persona que está manejando el carro tiene la sensación de control de su carro, mas no el de su ira, y por ahí considero que está el problema”, explica Goncálvez. El relativo anonimato que brinda el vehículo contribuye, ya que uno se libera de las presiones de ser observado y evaluado por la sociedad. Que a su vez, también juega un papel: problemas personales, ya sea de su casa o el trabajo, y la situación de la ciudad, con sus colas y vías en mal estado.

Con esta combinación, un control de la ira es determinante, tanto a corto como a largo plazo: “las personas que son más propensas a la ira son las personas más propensas también a infartos, cardiopatías y otras enfermedades”, advierte Goncálvez. Por consiguiente, en momentos de alto estrés al volante, es necesario ejercicios pequeños de autorelajación, como subir los vidrios, respirar normalmente, y aislarse del mundo exterior. A largo plazo, Goncálvez afirma: “La ira normalmente es señal de que hay algo en tu vida que no está bien, que hay algo fuera de control. Es importante que la persona haga un proceso de auto conocimiento, y se pregunte qué le está diciendo esta emoción.”

La ciudad previene

El estrés del conductor es algo que no se puede medir, por consiguiente no está contemplado dentro de ninguno de los cuatro renglones estadísticos que maneja la Dirección de Tránsito. Más bien queda aglomerado dentro de “imprudencia”, que está muy alto en el cuadro estadístico: “De los cuatro causales para los accidentes, nosotros manejamos la imprudencia como el 85% de los casos. La ingesta alcohólica sería un 10%, el vehículo en mal estado un 2%, y la vía en mal estado un 2%”, explica el comisario Freddy Mora, segundo en la División de Operaciones.

Otro problema es que el fiscal no puede incluir la agresividad del conductor en el reporte del accidente, o siquiera cuando para un infractor, pues según Mora, eso comprometería la objetividad del oficial. “Muchas veces el vigilante deja eso así, porque se suma a los problemas de la ciudadanía, él es un ciudadano más y sabe que hay mucho conflicto en la calle, como el tráfico automotor, los problemas de la vía, los delincuentes…” Tampoco cree Mora conveniente que “exceso de estrés” sea una estadística a contabilizar: “Es delicado ese tema, llevarlo a la palestra pública, para nosotros es inconveniente, porque entonces van a chocar más.”

Y ya hay varios choques: el año 2005 cerró con 110.541 accidentes viales, en los cuales murieron 3.025 personas. Y aunque un 85% se atribuye a irresponsabilidad del conductor, no debe olvidarse el estado de las vías y el simple hecho de que hay 3.739.373 vehículos automotores recorriendo casi 96.000 Km. de vías. No es un problema únicamente de vías, lo que llevó a la creación este año de la Comisión Interministerial para la Atención, Prevención y Educación Vial, un esfuerzo conjunto de siete ministerios para mejorar la situación de los conductores en el país.

“Aquí no ha habido una política de estado verdaderamente sistematizada y concienzuda como para desarrollar hábitos en consonancia con la buena convivencia vial”, afirma una licenciada miembro de la comisión que prefirió el anonimato. “También ahí está el estereotipo venezolano en cuanto a la viveza criolla. Es una cuestión cultural, el ‘quítate tú para ponerme yo’.” También hay un problema de información, ya que un mínimo de conductores realmente han leído la Ley de Transporte Terrestre y, por ende, conocen bien sus derechos y deberes. “Es un problema sumamente complejo. Esto tiene que ser un trabajo continuo, constante, donde no sólo converjan a nivel de la comunidad educativa, en la escuela, sino que también sea problema de los medios de comunicación, de las autoridades, de los ministerios.”

Una propuesta que está en discusión en la Asamblea Nacional es que los cursos de manejo para obtener las licencias sean un requisito obligatorio: “Que sea el Ministerio de Educación que dirija el contenido de esos cursos y que la autoridad los exija como requisito sin ecuanon para obtener la licencia de conducir. También debe existir un examen psicológico de carácter obligatorio, para decirle a esa persona que no es capaz de manejar sus emociones, por lo tanto no es apta para conducir”, concluye la licenciada.

¿Y qué hace la potencial víctima?

Entretanto, pues esas son soluciones a largo plazo, hay que lidiar con el problema ahora. Marcos Tarre Briceño, escritor, experto en seguridad, columnista en el diario El Nacional, afirma que ante todo, lo importante es prevenir el conflicto. “En una de estas situaciones que te toca un conductor agresivo que te insulta, que evidentemente te está buscando pelea, lo mejor es no hacerle caso. Si además insiste y te sigue, es preferible llegar a un puesto de policía o algún otro sitio que te pedan ayudar.” Concuerda con Goncálvez que la idea es reducir el nivel de conflicto, no bajar al nivel de la otra persona.

Tarre Briceño también aclara que todo el aspecto psicológico se combina con el clima de anarquía que se vive en la ciudad para un cóctel letal: desde el simple hecho de no usar el cinturón de seguridad a comerse semáforos y flechas, junto con abusos o indiferencias de autoridades. “Eso crea un clima que es tipo sálvese quien pueda, y eso puede generar incidentes de tipo personal, que a veces termina en pelea. Y si esa pelea tiene armas de fuego, puede terminar letal.” Además de reducir la confrontación, Tarre Briceño opina que el Estado debe contribuir con su parte: “Está el fondo del asunto, que hay que poner un poco de orden en esta ciudad, a nivel de que se cumplan las leyes. Que para eso están, y eso le corresponde al estado.”

Todo parece indicar que, mientras no exista una verdadera cultura de ciudadanía, y las leyes se hagan realmente respetar, casos como el de María Eugenia y el señor P., y peores, continuarán recordándonos que manejar en la ciudad es todo un reto.

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Aceptando realidades

Y mi post número 50 va a ser una mezcla de seriedad y dulce ironíia. Al menos voy a tratar de hacerlo, claro está.

Si ustedes que están leyendo esto son lectores consecuentes, en primer lugar, ¡Dios los guarde! Muchísimas gracias por siempre animarme a escribir un poquito. Muchas veces lo hago por ustedes.

En segundo lugar, seguramente recordarán el primero mis posts del año, que tenía las resoluciones que tengo para cumplir en este año 2006, que hecho el loco está a menos de dos meses de llegar a la mitad. Bien, lo recordé esta mañana cuando salía de la universidad al enorme calvario en que se ha convertido mi trabajo. Recordé que una de ellas era que este año, pase lo que pase, cueste lo que cueste, renuncio a Loscher.

Por si acaso no lo saben, Loscher Ebbinghaus es un instituto de idiomas que tiene casi treinta años en el mercado venezolano, de los cuales aproximadamente una sexta parte ha tenido el honor de contar con mis servicios. ¿Presunido? ¿Arrogante? Júrenlo, pero es a propósito. Y de todos modos, estoy a punto de escupir hacia arriba. Aguanten un rato.

No los voy a aburrir con detalles sobre el método Loscher. Simplemente digamos que es, en mi opinión, la forma más sencilla de aprender inglés. No aprender el idioma con este método es, en mi opinión, no querer aprenderlo. Lo que me saca de mis casillas, es que hay mucha gente que no quiere, aunque diga que lo quiere.

La verdad pura y sencilla, nosotros trabajamos de acuerdo a nuestras prioridades y cuánto estamos dispuestos a dar de nosotros para lograr nuestras metas a corto, mediano o largo plazo. ¿Quedar bien en el trabajo? En el tope de muchos. ¿Salir bien en la universidad o en el colegio? Pero por supuesto. ¿Andar con las personas que nos interesan, gustan o quieren? Tienes que estar loco para no hacerlo. ¿Aprender otro idioma? Hmmmm. Depende.

Me he dedicado, en estos casi cinco años de experiencia docente, a estudiar a ese ejemplar humano que es el estudiante de inglés. Demográficamente, no puedo separarlos en grupos por edad, sexo, raza o clase social, porque hay de todo. Pero sí les puedo decir que hay unos tipos bien definidos:

  1. EL CEREBRITO: Usualmente son muchach@s jóvenes que son muy buenos estudiantes en el colegio o profesionales que tienen un trabajo relativamente holgado y siempre han tenido buen hábito de lectura y estudios, o han tenido buena experiencia previa con el inglés. Son el sueño de todo profesor, porque siempre llegan a la hora, nunca dejan de hacer una tarea, intervienen cada vez que pueden y preguntan cualquier duda que tengan. Lamentablemente para ell@s, sus compañeros los pueden tildar de "gallos" (la seriedad baja a medida que se incrementa la edad). Algunos profesores los usan para hacer quedar mal a otros (¡yo nunca lo he hecho ni lo haré!) También pueden demorar la clase si preguntan demasiado, pero se hacen tolerar si además combinan buena personalidad.
  2. EL LIBRE: Por lo general, son estudiantes de vacaciones o personas que no tienen mucho más que hacer (amas de casa, jubilados, auto-empleados, etc.) y toman un curso de inglés ya sea por motu proprio o "incentivados" por sus padres. Nunca llegan al extremo de los otros tipos en cuanto a niveles de dedicación, principalmente porque tienen otra mentalidad, pero por lo general no fastidian, lo que siempre es importante. Están mucho más interesados en recibir el diploma que les dice que terminó el curso que realmente aprender el idioma. Son el grupo más numeroso.
  3. EL CREYENTE: Son profesionales o estudiantes universitarios que le tienen idea al inglés, siempre les ha costado aprenderlo o, sencillamente, lo odian, así de sencillo. También incluyen profesionales con horarios nada flexibles y amas de casa muy dedicadas. Pero les ha tocado calarse la pesadilla de que en el trabajo o la universidad les exigen el inglés. Muchos estudiantes de Ingeniería caen en este renglón, ya que muchas de sus guías son gruesos tratados en inglés, y pagar un traductor es oneroso por decir lo menos. Lo malo es que (1) no terminan de asumir que hay una forma de aprender otro idioma y no es la que ellos están aplicando, y (2) no hay forma de escapar de este infierno personal que ellos solitos se han creado, que es más difícil nadar contra corriente que con ella. Rara vez o nunca hacen tareas porque no tienen tiempo, siempre llegan tarde porque salen tarde del trabajo, pero de alguna forma logran pasar los niveles, ya sea porque captaron algo o por ayuda de los profesores. Los llamo "creyentes" porque creen que Dios los va a tocar un día y va a decir "Tranquilo, ya sabes inglés." Lamentable eso no va a suceder, pero allí están... creyendo. Por supuesto, como los "libres", están más interesados en pasar que en aprender, pero tienen la diferencia de que si pueden hacerlo con el menor esfuerzo posible (léase, cualquier viveza es válida), incluso con soborno, pues mejor. Son el segundo grupo más numeroso, tristemente.
  4. LOS ENGENDROS DE SATANÁS. Oh sí. Existen. Son estudiantes de bachillerato que preferirían estar metidos en su casa viendo la pintura secarse antes de estar en un curso de inglés. Por lo general, los padres los inscriben porque van mal en inglés en el colegio, quieren que hagan alguna actividad extracurricular o sencillamente no los quieren en la casa (se sorprenderían). El problema es que salen de salir mal en el colegio a salir mal en un curso, y créanme, en algunos casos les podría importar menos. El GRAN problema es que se dedican a molestar en clase, de la forma que puedan. Otros se rehúsan a cooperar con la armonía de la clase. Cualquier cosa con tal de no estar allí. Uno como profesor tiene que decidir entre complacerlos y sacarlos de clase (cosa que he hecho sólo una vez) o castigarlos y sentarlos en clase y arriesgarse a que o sigan jodiendo hasta que les arranque la cabeza o que me dé un infarto. Gracias a Dios son minoría notable.
Claro que hay híbridos, pero indistintamente de estos grupos, y de la satisfacción personal que recibo cuando un estudiante me sale bien o me dice directamente que he hecho un buen trabajo enseñándole (algo que me ha pasado las suficientes veces como para hacerme sentir orgulloso de mi labor), la verdad es que mi trabajo ha pasado a ser una monotonía. Me he cansado de lidiar con la mediocridad de la gente que no quiere aprender y trata de buscar vías por las cuales pasar sin aprender. Me cansé de que eso suceda sin que los dueños de Loscher traten de evitarlo. De hecho, que no les interese evitarlo. Oye, mientras se inscriban, sigan pagando, hinchándome la cartera, ¿qué me puede importar a mí que aprenda o no?

Y he aquí la ironía final, la gran cuestión de la que hablé al prinicipio. A menos que ocurra un milagro aquí y ahora, no puedo renunciar.

Actualemente estoy, además, haciendo pasantías en un pequeño semanario que acaba de salir llamado Correo del Ávila (http://www.correodelavila.com) que además ha contribuido a incrementar mi ira hacia Loscher porque me doy cuenta que prefiero trabajar allá que acá, más que nada porque es lo que estoy estudiando. Pero es eso, estoy de pasante. Si renuncio a Loscher ahora, quedaría con un sueldo de apenas la mitad de lo que estoy ganado ahora, quizá menos. Con el sueldo que tengo, aún sin pagar servicios, a duras penas paso la quincena. Y en el semanario no creo --quizá me equivoque-- que contraten a alguien a medio tiempo. De hecho, no creo que me contraten si aún estoy estudiando. De modo que, acá estoy... atascado. Mi vida seguirá lidiando con un trabajo que no me agrada. Chimbo, ¿no?

Pero esto es lo que tengo que asumir. Gracias a Dios que tengo trabajo, y que conseguñi algo en lo que me gusta y estoy estudiando. Me falta poco más de un año para graduarme, de modo que quizá pueda resolver en ese entonces, y trabajaré duro para ver si el periódico me contrata fijo. Realmente no estoy en una posición que me agrade, y créanme cuando les digo que espero que no estén en una parecida. Pero tengo que recordar que hay gente que está en mucho peor estado, y la soportan estoica y valientemente. Así que permítanme este momento de queja, y sepan que será el último en cierto tiempo. Un año pasa rápido; I can take it.

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