Crueldad pura y sencilla


Dependiendo del día, hay titulares que a cualquier otro quizá lo lea, sacude la cabeza y ya. Pero este titular me llena de mucha rabia y tristeza.

Del diario El Tiempo de Margarita: "Mataron a pedradas a tortuga cardón que salió a desovar"

Esto ocurre a un mes exacto de otro evento parecido en Margarita, donde se encontró el cadáver de otra tortuga cardón en Playa El Agua. Esta también murió por causas humanas; en este caso, una gente la sacó del mar jalándola por una cuerda atada al cuello que la estranguló.

Yo he sido amante de los animales desde que tengo uso de razón; siento una extraña afinidad con casi todos ellos, y la muerte inconsciente de alguno me da una mezcla de rabia, impotencia y tristeza que sólo siento cuando es un crimen particularmente brutal o incomprensible. Más cuando no hay forma de justificarlo.

La tortuga cardón (Dermochelys coriacea) es el mayor reptil marino que existe, como ven en la foto que tomé del blog del naturalista Carl Safina. El récord en tamaño fue un ejemplar encontrado en una playa de Gales que medía un poco más de 3 metros de largo y pesaba unos 900 kg (el promedio son 550). También pueden bucear hasta 1.200 m. de profundidad y nadar a casi 35 km/h. Las dos hembras muertas aquí tenían unos 25 años, pero se calcula que pueden llegar a los 80 y quizá hasta 100. Y a menos que esté en el mar abierto, nunca se verá sino una hembra de esta o cualquier otra especie de tortuga marina, pues sólo ellas regresan a tierra firme cada tres o cuatro años a poner sus huevos.

Todos hemos visto en algún momento un documental que muestra las pequeñas tortugas reciéjn nacidas corriendo al mar mientras una horda de depredadores los ataca. De ciento y tantos bebés que nazcan, si acaso dos llegarán a adultos, suficiente para mantener la especie... hasta ahora.

Pero consideremos que la población de esta especie se ha reducido en 95% desde mediado de los ochenta. No es tan comestible como las otras especies de tortugas ni su coraza (única en estar cubierta con una piel parecida al cuero en vez de placas como la tortuga carey), pero los huevos aún son buscados en ciertas playas, otras son víctimas de la incursión humana en su hábitat... y otras más, como las dos de aquí, son víctimas de la estupidez humana.

Que la gente se indigne de ver una cucaracha, una rata, lo puedo entender. Pero que la reacción de ver un animal que no hace daño a nadie sea enseguida atacarlo hasta el punto de matarlo, sólo puede ser calificado de barbarie. Más cuando es un animal en peligro de extinción, incapaz de defenderse y, por si fuera poco, una hembra a punto de desovar.

Quizá exagero un poco al ponerme así por un animal, pero bueno, así es como pienso. También creo que debería alertar sobre el estado al que estamos llegando los seres humanos. Digo, si somos así de insensibles con los seres con los que compartimos el planeta, que la vida salvaje nos importa tan poco, ¿qué queda para los seres humanos más necesitados?

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3 Responses to Crueldad pura y sencilla

  1. Katherine says:

    No entiendo como mucha gente puede estar tan llena de maldad, injustificada en este caso. Y tambien de ignorancia (¿Que coño pensaban, que era, un monstruo marino?) Es muy, muy triste ver como las personas en vez de cuidar su entorno, se dan el lujo de dañarlo sin remoridimiento alguno, como si tuvieran otro planeta al lado esperándolos cuando jodan éste.

    Perdon por la expresión pero, hasta que todos esos imbeciles no acaben con el mundo, no se van a dar cuenta de la cagada que pusieron.

    Por suerte, habemos seres humanos diferentes, con más consideración y fe, y tengo la plena seguridad de que somos solo nosotros los que podemos salvar este mundo, es tarea dificil, pero debemos intentarlo.

    Saludos

  2. Najla says:

    Es cierto... o podemos perder la sensibilidad hacia este tipo de cosas que siguen ocurriendo a pesar de todos los controles...

    PD: Visita mi blog... que estás entre mis dorados!!! Besito pues!!!

  3. Es una lastima que pasen esas cosas, pobre animal

    besos

    lágrimas de mar