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¿Llevaría su hijo pequeño a un concierto de rock? Porque yo sí.

halford El domingo de la semana pasada, Judas Priest y Whitesnake, dos de las bandas que más he seguido toda la vida, tocaron en Venezuela por primera y (en el caso de Judas) última vez, un evento al que tuve el gusto de asistir como corresponsal del periódico en el que trabajo. (Sí, fui gratis –suck it. :) Fue, sin lugar a dudas, una de las mejores experiencias que he tenido en toda la vida.

El hecho de que estés yendo a un concierto donde hay una banda que lleva 34 años de existencia y otra que lleva 42 (y no olvidemos que los teloneros, los criollos de Resistencia, empezaron en 1977 también) implica que el público va a ir desde casi abuelos con sus pelos largos y blancos hasta sus nietos y sobrinos que han escuchado eso. De particular fue destacar que mi compañera fue con su hija de nueve años, una de las chamas más pilas que he conocido en mi vida (“No mami, a mí no me gustan las pecas. Soy impecable”).

Esta niña se ha disfrutado el concierto como no tienen una idea, disfrutando las canciones y riéndose con algunos de los amigos de su mamá que nos encontramos allá. En una de esas ella y su mamá se metieron en la olla, y mientras ella tomaba fotos y fotos, todos los tipos a su alrededor se esforzaban por ayudarla. Un tipo así de la nada aceptó cargarla en sus hombros para que viera; si hubiera sido una chama de 16 habrías visto a todos los carajos detrás de ella gritándole “¡¡¡BÁJATEEEEEE!!!” Todos los tipos que la veían la felicitaban por estar ahí; era el apoyo completo a una futura generación que en incrementos se está volviendo más banal, y no sólo en sus gustos musicales.

Y la verdad, todo el ambiente era así. Uno tradicionalmente relaciona los conciertos de rock pesado y metal con violencia, por el tipo de música, o con mucha droga. Sí, el característico olor a la marihuana se coló en algunos momentos, pero en general yo lo que veía era gente que lloraba de la emoción de estar viendo a grupos que se han estado escuchando por al menos 20 años (en mi caso) y ya; cada quien lo hacía a su manera.

Nunca he ido, pero sería interesante compararlo con un concierto de reggaetón.

Yo encantado de la vida llevaría a una hija, hijo o sobrin@ a un concierto como el que fui el domingo, porque sabría qué esperar y cómo cuidarl@. En cambio, considerando lo que veo en sus videos y cómo veo a incluso niñitos bailándolo, prefiero que me castren y me hagan tragar el escroto antes de dejar a un hijo mío estar siquiera cerca de un concierto de Daddy Yankee o afines.

Y ojo, si a ustedes les gusta esa música bien, allá ustedes. Yo la detesto. Y entiendo que lo más probable es que el reggaetón tenga que pasar por muchos de los clichés que el rock: que si eso es de Satanás, que si eso no explota nada bueno, que si no se qué. Que entonces cuando el niñito diga en el colegio que lo que escucha es Radiohead o Metallica y no Justin Bieber o Chino y Nacho va a estar en minoría, quizá aislado. Que si entonces va a estar sentado en las fiestas sin bailar cuando suene el reggaetón. (¿Vieron el video que enlacé, verdad? Por mí, sí.)

Pero el punto de este post no es decir que el rock es mejor que el reggaetón, que vamos, es algo muy latino y por consiguiente nunca es 100% malo. Pero lo siento, gente, mi experiencia es que los rockeros en concierto se portan muy distinto que reggaetoneros en concierto. Son solidarios con los demás, se ríen con facilidad, no están pendientes del “quítate tú para ponerme yo” y no hay esta constante amenaza que a una chama la vayan a desvirgar o que alguna parejita vaya a meterse detrás de las gradas a “perrear en horizontal”. Sí, hay droga en el aire y cerveza, pero el ambiente no se siente tan poco sano.

Aunque estoy seguro que estoy condicionado por mis gustos musicales.

Pero igual les pregunto: ¿ustedes se llevarían a su hija de nueve años a un concierto de reggaetón?

Joder, ¿la dejarían escucharlo y perrearlo?

Eso pensé.

Más allá de eso… qué bueno el concierto del domingo.

Una muestra.

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Metallica: ¿profecía de un desastre?

¡Tú! ¡Deja de inventar mariqueras y DEJA QUE DISFRUTEN EL CONCIERTO, COÑO! Me caso el año que viene, Dios mediante. Eso quiere decir nuevos gastos, realinear las prioridades en mi vida. Eso quiere decir que ya son menos las cosas “mías” y más las cosas “nuestras”, y eso se aplica al dinero. Por eso, tomé la resolución de reducir mis gastos superfluos. Menos discos, muchos menos libros (coño, tengo demasiados por leer) y ciertamente menos conciertos. Así, no fui a KISS, ni Iron Maiden, ni Jorge Drexler. Decidí que al único concierto al que volvería a ir sería si Metallica volvía. Total, la última vez que fui fue digno de escribir aquí.

Y bueno… en noviembre me enteré que en efecto, Metallica volvería por estos lares el 12 de marzo de 2010. Me saltaré la rabia por las que pasé antes con la empresa que los trae, y lo diré de una vez: temo que será el peor día de mi vida. Aún así pienso ir, pero hay una oscura parte de mí que tiembla por ese día.

No creo que el concierto vaya a estar malo, para nada. Hace poco me enteré que además estaría viniendo Mastodon, un grupo que por lo visto es la nueva “verga de Triana” del heavy metal mundial. Únelos con algún buen grupo de aquí –que confío en que no repetirá el idiota de Gillman o siquiera el grupo Arkángel— y eso rivalizará con el Caracas Pop Festival de 2001, cuando en un mismo día vi a Candy66, Papa Roach y Korn.

Noooo, mis panas… mi temor surge al ver este video. Y este. Y este también. Y este otro que, admito, quedó muy bueno.  Más allá de la ladilla que ya me da que usen la escena de La Caída para estas burlas –creo que ya toda calidad que tenga la película quedó diluída— todos estos videos están llamando a una sola cosa: aquel que ose pagar VIP el día de Metallica va a quedar atropellado, pues no nos calamos que haya gente que sólo por pagar más los vaya a ver de cerca. El primer video hasta enlaza a un grupo en Facebook creado para rechazarlo que, pareciera, está desactivado.

¿Cuál es todo el problema? Si ven el mapa de distribución del público del sitio (el estadio de béisbol de La Rinconada), verán que las llamadas “preferenciales” están situadas en las gradas a los lados del evento, bieeen lejos de la tarima. Pero la verdadera guinda en la torta es que el área VIP –entradas que exceden los 1.000 BsF (unos 465 dólares)— ocupará todo el frente de la tarima… tapando a los que pagaron menos. Que a estas altuars, ya están agotadas, lo que quiere decir que habrán al menos 20.000 rabiosas almas pujando contra una barrera entre ellos y una banda a la que algunos (yo incluído) hemos esperado 11 años para volver a ver.

Quizá exagere, pero si ven los comentarios de los videos, la cosa realmente empieza a preocuparse. “Tumbennnn esa cercaaaaaaaa, y el quese ponga popiiii, lansenle coñasossssssss!!!!!!!!!!!!!!!! !!!!!” (sic), dice uno. “TUMBEN ESA BAINA!!!!!!!!!!!!!!!!! Xd .. yo asi sea a punto de coñazos me paso pal VIP” (sic), dice otro. “A Q LA TUMBAMOS VAMOS”, dice un tercero, meándose en el esfuerzo de chamos que considero sí pensaban en los demás, y no unos carajitos que lo que están es pensando en sí mismos y más nadie.

Quiero dejar algo perfectamente claro: con esto Evenpro envía un mensaje (que espero esté equivocado)que una vez más lo más importante para ellos no son los asistentes al concierto, sino asegurar su plata y hacer cuanto pueda para aumentar esa ganancia. Yo no critico mucho a los que pagan por ir a un área VIP en un concierto, aunque no podría estar más en desacuerdo con semejante decisión; ¿para qué estar sentado en un concierto de rock? ¿Agorafobia? ¿Demasiada comodidad? Bueno, esa es su decisión. Pero Evenpro está cometiendo el acto de capitalismo salvaje más grande que no sólo le está ofreciendo esa comodidad a los que pagan más –le está robando un poco a los que quizá no PUEDEN pagar más. ¿Y es que creen que no va a haber frustraciones?

Pero lo que están proponiendo hacer los que subieron los videos está, sencillamente, mal. Es violento, es anárquico, es drenar la frustración del lado equivocado, y estoy seguro es, aunque piensen lo contrario, producto de pura envidia. ¿Quiénes son ustedes para decidir cuánto se debe pagar para un concierto? ¿Qué sabes tú si a lo mejor uno de los chamos que está allí tiene todos estos meses ahorrando para estar allí? ¿O que a lo mejor toda su familia hizo un esfuerzo para mandarlo para allá? ¿O qué coño saben ustedes cómo llegaron esos chamos ahí? ¿Sólo porque pagaron más los van a castigar a ellos?

Y otra cosa: ¿cómo creen que van a reaccionar las bandas? Con Mastodon no estoy tan preocupado, aunque la verdad a lo mejor sí tienen una base de fans rabiosa y fiel aquí, son lo suficientemente buenos. Pero cuando Metallica vea que hay gente presionando contra la baranda, broncas contra los agentes de seguridad, ¿creen que van a gritar “OPEN THAT SHIT, DAMMIT!!!”? No sé, no puedo saberlo, pero es muy probable que paren el show. Que hagan un par de llamados a la calma. Que tenga que haber negociaciones con los organizadores (los únicos culpables de todo este peo). Y hay una remota posibilidad que nunca debemos descartar que suspendan el concierto. 11 años botados a la mierda. Y a ti que esta´s leyendo esto y pensaste “No joda, ¡quemo esa vaina si me suspenden el concierto!”, déjame explicarte qué vas a lograr:

  • Tanto que te quejas que lo único que traen a esta vaina es Olga Tañón, los Jonas Brothers, High School Musical y Tito El Bambino, y ayudarás a garantizar que lo único que traigan a esta vaina sea Olga Tañón, los Jonas Brothers, High School Musical y Tito El Bambino. Porque esos conciertos se llenan de gente, hay un mínimo de problemas de seguridad, y son relativamente baratos de traer (Jonas Brothers exceptuados, estoy seguro). Si el concierto de Metallica es un fracaso, ¿cuántas ganas quedarían de invertir todos los millones de nuevo, sis aben que va a haber bronca?
  • Vas a dejar a todos los fanáticos de Venezuela muy, muy mal con la banda, un grupo que, recuerda, tiene 11 años que no viene y se fue con una excelente impresión la última vez, pues ese concierto fue todo un éxito. Si ven que ahora medio destruyen el escenario y ponen en riesgo la propia vida suya, ¿cuántas ganas les quedará de querer volver a este rincón del mundo? (Claro, suponiendo que en efecto se entere, como ya verás.)
  • Hay una muy seria probabilidad que contribuyas a matar a alguien. Uno de los más tristes incidentes en la historia del rock fue en 1979, en el Coliseo de Riverfront, en Cincinatti, Ohio, Estados Unidos. The Who (ahora famosos porque sus canciones arrancan cada una de las versiones de CSI) estaba en su primera gira norteamericana desde que su baterista Keith Moon falleciera por una sobredosis. Fue tal la emoción de verlos de cerca que todo el público general –sí, los que pagaron menos— corrieron al escenario y aplastaron a 11 personas hasta que murieron. Entre las víctimas, dos niñas de 15 años. Porque, insólito, chicos: ¿saben lo que pasa cuando 20.000 personas empujan contra una barrera sólida? No se cae, muchachos, al menos no al principio. Impide que los que están mas pegados a ella respiren. Les podría romper una costilla. The Who, además, no se enteró de la tragedia sino después de terminada la función. Es muy probable que Metallica tampoco, si (Dios no quiera) sucede lo mismo. Pero sabiendo que eso pasó, ¿a quién le va a quedar ganas de organizar un concierto así alguna vez? ¿Y si al Gobierno no le da la gana de dar el permiso?

Evenpro es la gran culpable aquí, con esa distribución de asientos. Qué importa que sea la distribución parecida a la que hay en conciertos en Estados Unidos; aquí la inmensa mayoría compra general y no justifica un VIP que bloquee el disfrute de la música. Pero la forma de hacer a Evenpro saber que metió la pata no es matar todas las posibilidades que un evento así se repita. No es poniendo la vida en riesgo. Es actuar con inteligencia, no con violencia. O si no estamos todos bastante jodidos-

Por favor, traten de distribuir esto lo más que puedan, A VER si llega a oídos de Evenpro y  A VER si pueden hacer algo al respecto. Si no, bueno, espero verlos el 12 de marzo, disfrutar de un conciertazo, y equivocarme de todo lo que he dicho hasta ahora.

Si no… God help us all.

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Hoy hace 10 años: Metallica en el Poliedro

Es difícil creer que hoy ya son diez largos años desde esa noche arrechísima (no puedo decir "mágica", "increíble", ni mucho menos "espectacular"; sólo una palabra justifica esa noche...). He ido al menos a cuatro conciertos más desde entonces, y ese sigue siendo el único que ha llenado al Poliedro y el que más emocionante ha sido. He escuchado a algunos que dicen que el reciente concierto de Iron Maiden en Colombia (al que mi hermano tuvo el gustazo de ir) parecía más bien uno de Alejandro Fernández o algo, porque más de uno lloraba; sé de lo que hablan, pues yo lloré de la emoción más de una vez. Eso fue sencillamente... brutal.

Ya el día prometía ser especial por un acto de caridad que todos hicimos con un compañero. Benito era cubano y tenía unos ocho años en el país. Él escuchaba los discos de rock que podía conseguir en el mercado negro, y su banda favorita es --of course-- Metallica. Cuando se enteró que vendrían, no pensaba que iba a poder ir porque no le alcanzaba la plata. Sus compañeros de trabajo no íbamos a permitir eso. Moviendo cielo y tierra (ya era la última etapa de preventa), le logramos conseguir una entrada. El Be
no no se lo podía creer.

Llegamos y yo no podía creer el espectáculo a la entrada. Si han ido al Poliedro (o a cualquier otro sitio público de espectáculos), esperan ver gente afuera, simplemente hanging around o pendiente de comprar/vender una entrada. Esta vez, habían docenas de pobres diablos con carteles al estilo "Will work for food". Pero estos decían "Compro una entrada. Pago lo que sea." Un chamo tenía un cartel que decía "Te pago 180.000 bolívares. No me importa si es en el baño" Y lo pagó, según decía El Nacional del día siguiente: 180.000 bolívares por una entrada que costó 45.000 en su etapa más cara (yo pagué 25.000, en la primerita etapa; sí, la imagen no es de mi entrada, aunque igual aún la conservo). Mi amiga Annalee vio a un pana pagar 160.000: 120 en plata, y el resto con un reloj y los zapatos. Bien coñoemadre el carajo que se la vendió, ¿no?

Fuimos un grupo del trabajo: José Luis, Annalee, por supuesto Benito, un pana al que lamentablemente olvidé su nombre Francisco Caldas quien fue el que empezó a hacer la cola porque llegó de primero, y un gordito al que también he olvidado el nombre llamado Pablo. Llegamos como a las 5:30, y de pana que qué rica es esa vibra, esos momentos antes de entrar a un concierto al que de verdad has esperado ir con impaciencia. No hay nada que se le pueda comparar.


El siguiente espectáculo que presencié tampoco me lo podía creer. El Poliedro de Caracas, en su mejor época, tiene una capacidad para unas 12.000 personas. Los más críticos decían que llenar el Poliedro es toda una hazaña, pues como la plata es corta lo pensamos bien para pagar una entrada. Pues bien, los únicos asientos vacíos en esta ocasión eran los que estaban detrás del escenario. Jamás había visto el Poliedro así de lleno. Ni siquiera en los Gaitazos a los que he ido de fecha más reciente, ni con Maná, ni con ningún otro grupo. Sólo Metallica ha logrado llenar el Poliedro a rabiar. (Bueno, capaz uno de esos encuentros de reggae
ton... Puaj...)

A las 8 de la noche, se abrió el acto telonero: Paul Gillman. Opinión muy personal: hay que admirar un carajo que ya tiene más de 30 años tocando rock pesado en un país como el nuestro. Que recientemente se haya metido a chavista radical era otra cosa; en ese entonces simplemente era (es) un pana con un ego que no cabía dentro de ese recinto. T
enía varios días diciendo que se retiraría, que éste sería su último concierto, que nadie le interesaba ya lo que ahcía. Pues bien, el día antes, en su programa de radio "La Esencia" (buena música, si aprendiera a callarse la boca), dice que si el día del concierto de Metallica veía 100 banderas de Venezuela, se quedaría.

Bien.

Como dije, el hombre se vino en escena a las 8 de la noche, y durante media hora, se paseó por todo su repertorio: "Dr. Kanoche" es la única que recuerdo, ex
cepto la última. Durante "Levántate y Pelea", dijo "¡Este es el momento! ¡Quiero ver esas banderas!" Miren, a este punto, yo ni recuerdo si hubo 100 banderas o no. Pero el hombre hizo como si contara, y lo siguiente que dijo fue: "¡Gracias criaturas de la noche! ¡Gillman... SIGUE!"

Ah, que bien.

Eso sí, será un bolsa egomaniático, pero Gillman se sabe mover en escena (o lo sabía hacer). Y su banda es (¿era?) de lo más talentoso que se puede encontrar. Fue un preámbulo decente para lo que venía.


Y oh, lo que venía...

A las 9 en punto, empezó a sonar la música que Metallica ha venido usando en el previo de todos sus conciertos: el tema inicial de El Bueno, El Malo y El Feo. Las luces comenzaron a bajar, y en el punto más climático, de repente, sin avisar, el trueno de una guitarra, el golpe de un bajo, y un solo grito de más de diez mil almas que habíamos esperado este momento desde hace décadas.

Con "Breadfan", Metallica había llegado a Venezuela.

Como ya les dije, yo lloré.

Metallica se paseó por todo el repertorio que sus fanáticos añorábamos escuchar, como me dirái Benito después; se repartieron todo por partes iguales desde Kill 'Em All hasta Reload, con nada más una de Garage, Inc., el álbum que apoyaban en esta gira. (Yo extrañé "Turn The Page", pero ése sólo soy yo.) Qué grupo de tipos tan de pinga, tan compenetrados con su audiencia; los tipos pertenecen en un escenario. Y el sonido de 80.000 vatios nunca falló, y por supuesto toda la pirotecnia que se puedan imaginar. Este es el tracklist de esa
noche:

  • "Breadfan": Qué entrada tan perfecta.
  • "Master Of Puppets": No tengo que decirles que la casa se vino abajo con esta vaina)
  • "Of Wolf And Man": El bajista Jason Newsted jodió un ratico con nosotros: "Ok, Caracas, let's hear some wolves out there..."
  • "The Thing That Should Not Be"
  • "The Memory Remains"
  • "Bleeding Me"
  • "The Four Horsemen"
  • "For Whom The Bell Tolls": Cliff Burton era un rey, QEPD; pero sería muy injusto no decir que Newsted se le mide en este tema (claro, ayudado con una uña)
  • "King Nothing" (mi favorita de Reload)
  • "Wherever I May Roam"
  • "Nothing Else Matters": James Hetfield cantó esta sentado en gran parte sobre un banco, iluminado él solo. Una atmósfera bien surrealista. Sí, hubo encendedores.
  • "Sad But True"
  • "Creeping Death": Newsted compartió vocales con Hetfield como habían hecho en su gira en apoyo al álbum negro.
  • "One": Coño, me acuerdo de ese momento y me erizo. Qué increíble fue... El sonido de ametralladoras y bombas se escuchan, con un juego de fuegos artificiales y demás. Kirk Hammett y Lars Ulrich, que habían dejado el alma hasta aquí, de verdad ahcen de esta canción suya: Ulrich con su doble bombo que te retumba en el cráneo, y Hammett con una guitarra a mil por hora.
Un recuerdo muy particular durante esta canción. Yo vi todo el concierto en la olla, porque así es como considero que se debe ver un concierto así (de hecho, toda la olla se volteó a los asientos especiales y gritaban, "¡Mariquito VIP! ¡Mariquito VIP!"; antes compartía esa ideas, pero ¡tampoco así!). Bueno, en pleno peo de "One" (al menos creo que era durante ella), estoy en pleno "moshing", cuando de repente me tropiezo con un muro de carne. Dos panas que parecían los hijos perdidos de Pie Grande con un luchador de sumo estaban ahí dándose duro con la música. Uno de ellos me llevaba toda una cabeza de altura. Bueno, este señor se llevó un... ejem... cigarrillo a la boca, aspiró hasta dejarlo por la mitad, y botó todo su humo en mi cara. No tengo que decirles que me "tripée" los siguientes minutos, ¿verdad?
  • "Die Die My Darling": Como se darán cuenta, lo único que tocarían de Garage, Inc. Sí, yo tampoco lo entendía; pero díganme, ¿se habrían quejado?
  • "Battery": Un cierre absolutamente perfecto. Yo no sé cómo salí vivo de esa olla, jejejeje.
Y así terminó. A las 11:15, los cuatro panas se juntaron, James jodió un ratico con un roadie que trataba de volver a poner las uñas en el stand de micrófono más rápido de lo que él las lanzaba al público, Lars lanzó unas baquetas, Jason y Kirk saludaron a los que estaban cerca, y nos despedimos. Yo estaba totalmente bañado en sudor, tanto que al salir empecé a temblar por el aire frío. Pero mirábamos alrededor, y lo único que veíamos eran caras de felicidad. Era como si nada malo nos pudiera volver a ocurrir jamás, o si nuestras vidas simplemente empeorarían desde este punto porque nada podría superar esto.

Básicamente, Metallica había tocado en Caracas. ¿Cómo superabas eso?

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