Un paréntesis: Más libros, menos balas

Un mes. Un largo mes de tribulaciones ha pasado el país mientras escribo estas líneas que ustedes, amables lectores, están empezando a leer. Hay 22 seres que no volverán a ver un amanecer, 300 que vieron comprometida su integridad física en diversos grados de gravedad, mientras varios millones se preguntan cuándo regresará algún atisbo de normalidad y otros millones esperan una verdadera normalidad.

 

Uno de esos personajes que uno agradece al Twitter haber encontrado, John Manuel Silva, mencionó una vez una situación harto familiar: que la gente le reclamaba cómo podía estar pendiente de salir, del cine, de un libro, de cualquier cosa, “mientras el país se caía a pedazos”. “Al contrario”, escribió (estoy parafraseando, pues no encuentro el escrito como tal), “creo que este es el momento de leer más, de encontrarnos más, de querernos más”. Muy de acuerdo. Lo mismo “sufrí” yo hace dos domingos con la entrega del Oscar. Escribió una muy querida persona en Twitter. “Es el colmo que haya gente pendiente del Oscar mientras bombardean Altamira”.

 

Pero hacen falta los paréntesis. Un escape al cine. Una llamada a la mamá. Un viaje a las páginas. Porque son el oxígeno que necesitamos para poder transitar el mientras tanto. El recordarnos por qué peleamos, por qué no nos queremos conformar con la “normalidad” que se nos viene. Porque normal es tantas cosas que no tenemos ni cuando no hay protestas.

 

Es por eso que un grupo de amigos nos reunimos en el café que es Twitter a hablar de libros. Porque de una forma u otro, los libros son lo que nos identifica a todos, uno de los factores que los cuatro teníamos en común. Y decidimos recomendar cinco títulos clásicos y cinco títulos modernos, y nuestra explicación de por qué lo escogimos. Porque cuando uno lee, uno quiere un mundo en que podamos seguir leyendo, sin pensar en lo mal que estamos. Porque queremos estar en un mundo mejor. Así que aquí les dejamos para todos los interesados, cuarenta libros que esperamos visiten por primera vez o sigan visitando sin pena, porque qué falta hace un mundo en que haya más libros y menos balas.

 

Adriana Bertorelli

 

Karla Pravia

 

Julio César Mármol

 

Un servidor

 

He ahí nuestra contribución. ¿Cuáles proponen ustedes?

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